Es una buena noticia que lo inamovible se mueva. Lo inamovible era hasta ahora la reducción del déficit público según los dictados de Bruselas, pero a la vista de los perniciosos efectos sobre el empleo y la destrucción de la clase media, y ante el riesgo, convertido en maldita realidad en España, de derrochar el talento de dos generaciones de jóvenes extraordinariamente formados, esos tipos de la Comisión Europea, el FMI y BCE a los que nadie ha votado, tendrán que aceptar que los recursos que los Estados destinen a favorecer la contratación de jóvenes no computen como déficit.

El dirigente del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, saludó en el pleno de este miércoles, San Justo en el santoral, el acuerdo alcanzado entre el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el presidente francés, François Hollande para paliar el desastre de las políticas impuestas por la Troica y las revueltas sociales. Los franceses, con un 25% de desempleo juvenil aguantan menos que los españoles con el 57% de lo mismo. El sábado hay manifestaciones en todos los países del sur de Europa contra la Troica y las políticas que se cocinan en la UE al dictado de la banca alemana y de otros países del norte que prestaron dinero al sur con altísima rentabilidad desde 2000 a 2008 y que ahora advierten el riesgo de que la deuda se declare “odiosa” y no la puedan mover a su antojo para seguir especulando y destruyendo empresas.

Esa creciente conciencia social sobre el latrocinio de cuello duro por parte de los que iban a refundar el capitalismo, mezclada con los consabidos ingredientes de la corrupción y los privilegios políticos, es una bomba cuyo estallido ni los más tontos desean. De ahí que por primera vez Rajoy y Rubalcaba se hayan mostrado de acuerdo en una sesión parlamentaria sobre unas medidas que incluirán la financiación del Banco Europeo de Inversiones a las Pymes para la creación de empleo y la habilitación de una partida presupuestaria por parte de la UE estimada en al menos 3.000 millones de euros para fomentar el empleo de los jóvenes en nuestro país. Rubalcaba pidió además un pleno parlamentario extraordinario para reforzar la posición de Rajoy (y de Hollande, a la que se han sumado otros países) en el Consejo Europeo de junio. El presidente no dijo sí a la institucionalización del acuerdo, pero se mostró abierto a recoger las propuestas de todos los grupos políticos.

Aparte los oficios nicomédicos (por detrás) de Felipe González en esta y otras materias, el presidente Rajoy se sintió satisfecho del nuevo margen de déficit (el 6,5%) conseguido entre los socios comunitarios para este ejercicio, pues le aporta oxígeno y no le obliga a meter más tijeretazos de los ya previstos al maltrecho Estado del bienestar. “Nuestra voluntad es seguir controlando el déficit, pero de forma más sensata y razonable, y creo que podemos cumplir perfectamente lo dispuesto en los Presupuestos”, dijo. Tanto él como Rubalcaba parecen conscientes de las vías de agua abiertas en el bipartidismo; los votantes del PP huyen hacia la jacobina UPyD y la extrema derecha, y los del PSOE marchan en desbandada hacia Izquierda Unida y el frente de izquierdas que se está gestando con las mareas sociales y las fuerzas de la indignación.

Pero además, los dirigentes del bipartido ya funcionan con la vista puesta en las elecciones al Parlamento Europeo de junio del año que viene, e intentarán por todos los medios frenar la tendencia de las encuestas y paliar su fracaso como los gobernantes que reformaron la Constitución de espaldas a todos para anteponer el pago de la deuda –sus intereses son 4 puntos de déficit este año– al empleo de nuestros impuestos en educación, sanidad, asistencia a quienes no pueden valerse por sí mismos, seguridad y mantenimiento de las infraestructuras comunes.

Puesto que también la recesión amenaza a Alemania y sus aliados del norte y que si se cumplen los pronósticos de las encuestas, a lo último la derecha alemana va a tener que pedir ayuda a los socialdemócratas para gobernar, bueno es que Rajoy abra el campo de juego y lance balones a su izquierda para intentar equilibrar un marcador tan negativo para los españoles. Si en la física hay una ley, según la cual, una fuerza irresistible no puede chocar con un objeto inamovible, en la política y en la vida nada, ni siquiera el déficit público, es inamovible. Otra cosa es que se utilice como argumento contra el Estado social y los derechos laborales.

¿Por qué hacen eso? Para arrastrar a la UE al modelo norteamericano. ¿Por qué si nos gusta el modelo europeo del Estado providencia? Porque la Troica y la UE están negociando lo que todavía no nos han contado: el gran Mercado Común Trasatlántico con EEUU y se disponen a imponer a los ciudadanos europeos las leyes y normas del neoliberalismo más despiadado y rampante. Es el debate que viene.