Una pequeña habitación y una maleta son los elementos desde los que LEO (Tobias Wegner) comienza un singular viaje. Atrapado en este pequeño espacio comienza a darse cuenta de que todo lo que le rodea no es lo que parece. Tras la alarma y la inseguridad inicial se dejará llevar por la curiosidad hasta disfrutar de una nueva e ingeniosa manera de explorar a su alrededor.

Aborda, desafiando las leyes de la gravedad, inesperadas a aventuras a través de mundos efímeros e imaginarios. A un lado, LEO aparece confinado en su realidad, al otro, y gracias a una videoproyección su mundo se duplica y se expande más allá de las paredes de la habitación.

Una ingeniosa fórmula que proyecta sus movimientos en tiempo real pero desde un ángulo diferente. En un lado aparece tumbado sobre el suelo, en el otro flota hacia arriba ausente de gravedad recreando una fantasía submarina. Ingeniosas videoproyecciones que cambian nuestra percepción de la realidad.

Ligero como una pluma, el artista realiza bellas acrobacias, cargadas de movimientos de gran belleza y va reapareciendo en fabulosas escenas y planos en los que el espectador se preguntará qué es arriba y abajo, trasportándole hasta una increíble unión de posibilidades corporales que trasciende todo lo conocido en la mímica y el nuevo teatro gestual.

En su pequeña habitación LEO dibuja con tiza sillas y muebles sobre los que flota literalmente como si estuviera en una nave espacial. Magia, belleza y un asombroso show audiovisual con el que conseguiremos acompañar al artista en su huida de la soledad. LEO nos muestra sus sueños, deseos, ganas de vivir… en definitiva un viaje hacia la búsqueda de la libertad.