El misterio trascendente que encierra una imagen

31/05/2013

Miguel Ángel Valero. La Fundación Mapfre realiza la primera exposición en España de la obra del artista norteamericano Emmet Gowin.

foto Gowin 1Es, seguramente, el fotógrafo más original e influyente del último medio siglo. Pero la obra de Emmet Gowin es poco conocida en España. La muestra organizada por la Fundación Mapfre en la Sala Azca madrileña, hasta el 1 de septiembre, es la primera que se realiza en España. Y es toda una experiencia, porque Gowin nace en un hogar profundamente religioso, formado por un pastor metodista, autoritario, y su esposa, cuáquera, con una visión mucho más dulce de lo divino. Seguramente de ahí viene esa proclamación de la exploración de lo visible como una experiencia trascendente: “Hacer fotos que fueran tan poderosas que no necesitara decir nada acerca de ellas”.

A Gowin, que asume influencias de fotógrafos de la talla de Eugéne Atget, Walker Evans y sobre todo Harry Callahan, le interesa “el misterio que encierra una imagen extremadamente nítida y detallada”, más que “fotografiar lo pasajero” o captar “el momento decisivo”, que era la obsesión de Henri Cartier-Bresson.

Gowin, que también reconoce el peso de la Biblia sobre su obra, leyó, durante sus estudios de posgrado (dirigidos por Harry Callahan), la obra del gran filósofo de la religión Soren Kierkegaard “Temor y temblor”, centrada en el sacrificio de Isaac por Abraham. Pero en las fotografías del artista norteamericano se puede apreciar también el impacto que supuso ver la película “La noche del cazador”, dirigida por Charles Laughton en 1955, que es una meditación genial sobre la inocencia de los niños y la maldad de los adultos. Y de la no menos genial obra de teatro de Samuel Beckett “Esperando a Godot”, estrenada en 1953, y que vio por la televisión.

En su tesis de posgrado, realizada en 1967, proclama que “toda foto realizada por un artista es, en parte, una foto de sí mismo”. Y que la fotografía debe ser “un medio para retener, intensamente, un instante de comunicación entre un ser humano y otro”.

El comisario de la exposición organizada por la Fundación Mapfre, Carlos Gollonet, destaca que la obra de Gowin es “como la buena poesía: no cansa, siempre nos gusta volver a visitarla por su capacidad de explicar y transmitir las sensaciones, la experiencia física de las emociones”. Y describe sus fotografías como “poemas que contienen trazos de sus pensamientos íntimos”. También resalta la influencia del poeta Walt Whitmann y de sus “Hojas de hierba”, sobre todo de la idea sobre que cada hombre se hace a cada instante.

El eco de recuerdos y emociones

En este sentido, las fotografías de Gowin van surgiendo como versos, en los que la mirada descubre aspectos inadvertidos de la realidad, que despiertan en la conciencia el eco de recuerdos y emociones. En 2009, en “A Life in Photography”, Gowin razona que “el sentimiento que transmite una imagen ya reside en el interior de quien la descubre”.

foto Gowin 2La fotografía es como una oración, una meditación, una llamada a la reflexión, para tener una relación más íntima con el mundo. Sus trabajos sobre los paisajes en Estados Unidos, que tratan de mostrar el desprecio con el que los seres humanos tratamos la tierra a la que pertenecemos, fueron determinantes en la declaración de los Parques Naturales, y de su protección, en ese país.

Las 180 obras de la exposición muestran niños, jóvenes, adultos, en escenas de la vida diaria, automóviles, iglesias antiguas, paisajes, a su familia y, sobre todo, a su esposa Edith y a su hijo Isaac. Especialmente en esos trabajos se refleja una visión artística cimentada en la fuerza de la comunicación entre personas que se aman y respetan profundamente.

El uso de una lente de una cámara de 4×5 pulgadas en un aparato de 8×10 crea imágenes circulares que sugieren el acceso a un lugar prohibido, a una realidad secreta y misteriosa.

Llama la atención también sus fotografías aéreas. Las realizadas sobre tierras andaluzas por Gowin han sido creadas con vistas a esta exposición.

Y los trabajos sobre las consecuencias del volcán St. Helens, los territorios devastados por la acción humana en el Oeste de Estados Unidos (los círculos de irrigación en Kansas, o los desiertos de Nevada afectados por las pruebas nucleares) o en Checoslovaquia (minas de carbón a cielo abierto y centrales térmicas).

Seducen también sus fotografías sobre insectos, especialmente la serie “Mariposas nocturnas: Edith en Panamá«.

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