En la hermosa cinta japonesa Departures, su director trataba un tema tabú en Japón: el de la muerte y los profesionales que trabajan en torno a ella. Lo cierto es que la muerte no es un tema del que se hable con facilidad, imagínese entonces lo que puede significar lanzar un negocio relacionado con ella.

Por eso y por su original enfoque destaca la actividad de esta empresa española, Yatri, que en lenguaje Hindi significa vía, camino, y que se dedica a organizar las últimas voluntades del fallecido, sean cuáles sean porque los límites los pone el propio cliente. Traslado de cenizas, celebración de ceremonias, homenajes…. Juan Antonio González, empresario burgalés, pone en el mercado un innovador servicio para hacer más fácil un momento difícil… Según ellos mismos defienden, Yatri no es un servicio sólo para unos cuantos: es para todos, se puede contratar a través de la compañía de seguros, de la funeraria o directamente a través de la propia empresa.

¿Qué aporta esta empresa? Entre otras cosas, urnas ecológicas, medios aéreos (helicópteros, aviones pequeños..), embarcaciones (veleros, catamaranes…), tramitaciones, servicios complementarios (catering, músicos, acompañamiento psicológico..), servicios especiales o Vip, etc.

La empresa se ha puesto en marcha este año y ofrece sus servicios, de momento, en cualquier lugar de España y Portugal. “La monté con fondos propios y cuento con la participación de aproximadamente sesenta profesionales”, comenta el fundador. ¿Cómo está siendo la acogida de su negocio? “Ha superado mis expectativas, tanto las empresas del sector como las compañías de seguros la califican de imaginativa y les sorprende el coste, porque lo imaginaban más caro”, cuenta.

En un mes y medio de inicio de la actividad ya ha realizado cuatro servicios: en helicóptero, jet privado y catamarán. ¿El coste? Evidentemente, depende de lo que solicite para ese día y de la provincia donde se realice, pero a modo de ejemplo un acto homenaje con cinco asistentes, un vehículo con chófer, catamarán, asistencia de un psicólogo, pétalos de flores y una urna de sal cuesta 1.050 euros.