CCOO y UGT han demandado hoy medidas de defensa del acero europeo. Este sector es uno de los escogidos por la Comisión Europea para iniciar el renacimiento industrial de la vieja Europa. Sin embargo, el plan de apoyo al acero no está libre de incertidumbres. Su borrador es también un campo de batalla donde pugnan, por un lado, defensores del medio ambiente y, por otro, partidarios de relajar la protección medioambiental, ante la presión ejercida por China y el resto de nuevos competidores.
Los sindicatos exigieron este miércoles medidas de defensa ante los productos provenientes de “otras zonas” que no cumplen con las normativas impuestas por la Unión Europea (UE). En España, buena parte de la producción se concentra en Asturias. Desde allí, las centrales exigieron medidas específicas que estimulen el consumo, la competitividad y el I+D del sector.
El principal problema del acero europeo es que ha dejado de ser competitivo. Urge en primer lugar abaratar el precio de la energía. La factura de la luz representa un 40 por ciento de sus costes de producción. Por este motivo, Bruselas ha abogado a corto plazo por reducir los costes energéticos de las grandes plantas siderúrgicas. Proponen además un nuevo marco legal, estímulos a la industria del automóvil y a la exportación, y fortalecer los incentivos a la investigación y desarrollo I+D.
En el corto plazo, la Comisión pretende reducir los costes energéticos de los grandes consumidores de energía. Esta reducción de la factura eléctrica ya se aplica en España. Aquí, las grandes empresas del sector, Asturiana del Zinc, Alcoa y ArcelorMittal, se benefician ya de una subvención sobre el precio de la energía a través de la llamada interrumpibilidad, prevista en la normativa que desarrolla los peajes eléctricos.
Una apuesta por el I+D
Las ayudas al acero integran un plan más amplio de impulso a la industria europea. “Necesitamos una industria más competitiva. No puede ser una industria de antes, basada en el carbón”, ha afirmado recientemente el vicepresidente de la Comisión y comisario de industria, Antonio Tajani, quien destaca los apoyos a la tecnología, coche limpio, reciclaje y el sector aeroespacial. La Comisión ha comprometido 80.000 millones para ayudas al I+D hasta 2020. Y una parte de estas ayudas se destinará a apoyar a la industria del acero.
La exigencia de apoyo a la industria es una vieja demanda sindical. Ahora, tras cinco años de crisis, el fin de la burbuja financiera y la evidencia de que Europa no puede competir con los costes de los nuevos productores han forzado un cambio de rumbo.
Sin embargo, el apoyo a la industria del acero ha reverdecido también una antigua lucha. La que mantienen en el seno de la Comisión los partidarios de una reindustrialización a la vieja usanza, con una relajación de las exigencias medioambientales, y quienes optan por transitar hacia una industria más limpia mediante un cambio tecnológico, basado en el I+D. Fuentes consultadas indican que ninguno de los dos bandos se ha impuesto todavía. Sin embargo, la crisis ha debilitado la posición del bando medioambientalista y ha dado alas al industrial.
Aun así, la industria ha entrado de lleno en el debate europeo. Hasta el punto de que dos consejos europeos (en junio y en febrero de 2014) estarán centrados en cómo lograr este renacer industrial. Una buena noticia para nuestro país. En España, el sector industrial ha perdido 768.000 empleos desde el inicio de la crisis, según datos de CCOO.
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