Giacometti o la reproducción fenomenológica de la realidad

14/06/2013

Miguel Ángel Valero. La Fundación Mapfre expone su obra como un terreno de juego en el que el espectador es un participante más.

Giacometti 2

Ver es ser. Lo escribe Maurice Merleau-Ponty en su “Fenomenología de la percepción”. Giacometti dice lo mismo pero de otra manera: “El ser humano se diferencia de los muertos únicamente por la mirada”. Su obra, que puede contemplarse en la Sala Recoletos de la Fundación Mapfre en Madrid hasta el 4 de agosto, es una permanente búsqueda

de la reproducción fenomenológica de la realidad. Acierta plenamente Annabelle Görgen-Lammers, conservadora de la Hamburguer Kunstalle, y comisaria de la exposición, al organizar las 190 piezas (esculturas, pinturas, dibujos, grabados y fotografías) de Giacometti en torno al concepto de “terreno de juegoentre el arte, la vida y la muerte, en el que el espectador es un participante, una ficha más del tablero. Es un acercamiento distinto a la obra de Giacometti, en la que la escultura no es un objeto, sino un espacio. El espectador debe entrar en el terreno de juego que es la escultura y sentirse parte de ella, para poder entenderla. La muestra comienza con la etapa surrealista (con una notable influencia del arte de África y de Oceanía, como se comprueba en “Hombre y mujer”), con “Cabeza mirando” y “Figura coja andando”, y sus esculturas horizontales (“Maqueta para una plaza”). Profundiza en la idea del tablero, que llega a su máximo esplendor con “Se acabó el juego”.

Giacometti 3

Después de la Segunda Guerra Mundial, Giacometti insiste en el diseño horizontal de la escultura, en la dialéctica espacio/tiempo (“Pequeña figura dentro de una caja entre dos cajas que son casas”). El árbol se transforma en la mujer erguida (“El bosque”, “El claro”), en una hábil combinación entre lugares urbanos y espacios naturales.   De la mujer hierática al hombre que camina También explora la verticalidad representativa del cuerpo, con mujeres erguidas, hieráticas, ensimismadas, inmóviles, casi imágenes de culto. Aquí destacan sus “Mujeres de Venecia”, diferentes estados de una única figura.
Frente a la hierática mujer, “El hombre que camina”, expresión de la perfección vital, de la esencia de la vida que siempre continúa. Una idea que se desarrolla también en “Cabeza de hombre” y en “Figura erguida”. “El hombre que camina”, “Cabeza grande” y “Mujer grande de pie” son obras del proyecto genial, aunque frustrado, de la Chase Manhattan Plaza en Nueva York. Pero más que las obras individuales, sobresale la relación entre las esculturas. Es el terreno de juego desde las maquetas surrealistas a la Chase Manhattan Plaza. La mejor manera de entender a Giacometti, de comprobar (y de entender) que ver es ser.

¿Te ha parecido interesante?

(+2 puntos, 2 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.