Parece que se confirman mis sospechas del final del pasado año. Los recortes eran sólo para que los grandes pudieran pescar a mejores precios y, una vez conseguido el objetivo, despegar a mejores precios. Pero, como en todo, hay categorías y es de eso de lo que quiero hablarles hoy.

Sin Londres, cerrado por festivo, el gran festival alcista europeo lo llevó en volandas el CAC francés, lo que puede ser una cosa estupenda si se confirma que quiere salir del atolladero o un aviso serio de que la cosa no carbura bien, porque este índice tiende a todo menos a la estabilidad. Esperar y ver, que dicen los que saben de esto.

Pero no es eso lo que más me preocupa. Lo peor es que el Ibex estuvo alegre en la primera parte de la sesión, pero el optimismo se frenó en seco y no pudo seguir el ritmo de los índices del viejo continente. Está claro que unos son siempre más que otros y que o mucho cambian las cosas o el Ibex va a convertirse en un permanente quiero y no puedo. Es muy penoso ver la alegría desbordarse por los mercados, la explosión al alza en la apertura de Wall Street y nuestro Ibex arrastrándose con más pena que gloria para conseguir no perder todo lo ganado a primera hora. Y no me vengan con lo del dato de inflación porque a estas alturas nadie en su sano juicio no tenía claro lo que iba a ocurrir. Eso sí que estaba descontado.

Al Ibex le cuesta y a España le va a costar, así que apretémonos los machos porque las curvas no se han terminado. Que el resto de mercados pueden estar de festival en festival y nosotros pasándolas canutas. Cada vez es más claro que los grandes venden lo que tienen en España para irse a otros mercados y a lo mejor deberíamos seguir su ejemplo. Para muestra bien vale un botón y resulta que la salida de un ISM manufacturero de Chicago algo peor de lo previsto le sentó peor al Ibex que a los índices americanos. ¿Será de Getafe este ISM y nos estarán dando gato por liebre? Con un soplo le basta al Ibex para torcer el rumbo.

¿Y el Dax? Pues en su línea. Sube con parsimonia y sin hacer demasiado ruido, pero durante buena parte de la mañana se le hizo muy alta la cota de los 7.000 puntos contra la que rebotó varias veces. La tremenda apertura de los mercados americanos ayudó mucho al índice alemán a consolidarse por encima de este nivel, pero a pocos minutos del cierre lo volvió a perder. Habrá que ver en las próximas sesiones cómo van las cosas, porque el Dax ha dado muestras de cansancio en los últimos tiempos que habrá que disipar.

Pero no quisiera terminar este primer comentario del año sin lanzar una advertencia clara: no se fíen ni de su sombra. Igual que en las últimas sesiones del año pasado hicieron una limpieza en toda regla para recoger las migajas más abajo, cualquier día venden todo y nos dejan colgados de la brocha. Que con estos tipos nunca se sabe.

De momento, los cierres fueron positivos. Con el CAC a la cabeza con una subida del 2,53%, el Dax ganando un 1,06% y el renqueante Ibex cerró con una ganancia del 0,30% con un ultimo tramo de la sesión que no sé muy bien si daba más pena o más vergüenza.