Por una vez, y sin que sirva de precedente, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, coincide con su colega de Hacienda y Administraciones Públicas. Montoro había negado ayer, en el curso de la Apie en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander, una intervención del Gobierno para frenar una supuesta OPA de AT&T sobre Telefónica. De Guindos, un día después, también ha respondido con un escueto “no” a la pregunta sobre esta cuestión, para precisar más tarde que «el Gobierno no ha incentivado, ni aprobado, ni parado ningún tipo de operación» sobre Telefónica.

Pero De Guindos aprovechó la ocasión para enviar un ‘recado’ a Montoro. Éste había resaltado ayer que las decisiones de un Gobierno son siempre colegiadas, “aunque muchas veces se olvide”. El ministro de Economía ha recurrido a la ironía: «A veces tengo dificultades para estar colegiado conmigo mismo«.

Además, De Guindos revela que Economía ha exigido al Banco de España «especial» atención para el cumplimiento de la sentencia del Tribunal Supremo en la que se exige transparencia a las cláusulas suelo y que ha llevado al BBVA, Cajamar y a NCG Banco a dejar de aplicar estas condiciones de sus contratos hipotecarios., aunque la entidad gallega lo hará a partir de septiembre. «El Banco de España va a poner medios especiales para que se aplique la sentencia del Supremo”, señala el ministro de Economía, que considera «fundamental» que estas cláusulas sean transparentes para  dotar de credibilidad al sector financiero español.

10.000 millones más en provisiones

El ministro de Economía y Competitividad también ha desvelado que el Banco de España calcula que la banca tendrá que realizar unas provisiones de unos 10.000 millones de euros como máximo en dos años por los nuevos criterios sobre las refinanciaciones de préstamos. Estas provisiones adicionales generarán unas necesidades de capital de unos 2.000 millones. Una cifra asumible para las entidades financieras españolas, según De Guindos.

Éste ha aprovechado la ocasión para alardear de su gestión al diferenciar la actual situación del sistema financiero con la sufrida hace justo un año y que desembocó en el rescate a la banca mediante el Memorándum (MoU) y el programa de asistencia financiera de hasta 100.000 millones. Ahora las dudas que pueda suscitar la banca se deben a la incertidumbre sobre la evolución de la economía a futuro y no a su exposición al ladrillo.

«Ahora hay muchas menos incertidumbres sobre la banca, y el Tesoro tiene capacidad para acceder al mercado«, lo que es un «elemento básico» a la hora de tomar una decisión sobre la posibilidad de prorrogar la línea de crédito solicitada a Bruselas. El MoU y el programa de asistencia financiera expiran a mediados de enero, pero no la línea de crédito de la Comisión Europea.

Sin prisa en privatizar las entidades nacionalizadas

De Guindos aprovecha también para responder a las exigencias (formuladas ayer en este curso) del presidente del BBVA, Francisco González, para que la venta de los bancos nacionalizados se produzca «cuanto antes«. El ministro de Economía señala que «hay tiempo«, porque el MoU contempla un plazo de cinco años para la reestructuración de estas entidades. Y subraya que «el Gobierno tomará la decisión que logre maximizar el valor para el contribuyente”.

El ministro argumenta que se observa interés comprador en CatalunyaBanc (tras el fracaso cosechado en marzo) y NCG.  «Si efectivamente, como parece, empieza a haber interés por alguna de las entidades, el Gobierno estudiará las ofertas y actuará al respecto«, precisa. Recuerda que «el Gobierno intenta maximizar el valor de algo que considera que tiene valor«. Pero De Guindos olvida que el gobernador del Banco de España, Luis María Linde,  dijo la semana pasada en Montreal que estas dos entidades debían venderse «rápidamente«.