Ha cambiado de domicilio desde hace unas semanas y ahora pasas sus días y duerme en la prisión de Soto del Real. La primera vez que el juez Elpidio José Silva le envió a prisión, Miguel Blesa, el que fuera presidente de Caja Madrid, actual Bankia, solo pasó una noche entre rejas. Su familia apenas tardó 24 horas en reunir la fianza de 2,5 millones que le hacían falta para salir en libertad. Pero la de ahora está resultando ser una estancia más larga en la cárcel, donde comparte celda con un preso también novel en el entorno carcelario.

Miguel Blesa

El juez le envió a la cárcel por sospechar de su gestión en 2008 en la compra de la entidad financiera City National Bank de Florida, que provocó pérdidas de 500 millones de euros y que, entre otras cosas, llevó a Caja Madrid a una hecatombe financiera.

Muchos se preguntan si éste será el primer banquero, pero no el único, en terminar en la cárcel, considerando que hay más de un centenar de responsables de cajas de ahorro con casos abiertos en juzgados de Madrid, Barcelona, Valencia… ¿Significa esto que se ha acabado la impunidad para los poderosos? ¿Acaso se ha iniciado una caza a los banqueros en nuestro país? “Dudo que se pueda hablar del inicio de una caza a los banqueros. Los bancos y las cajas de ahorro están bajo la lupa de investigaciones penales desde hace años. Hay casos penales como los de Caja Castilla La Mancha (desde 2009),  Caja Segovia, Caja Ávila, Caja Duero, Caja España, Caixa Penedès, Caja Mediterráneo…”, considera Jacobo Dopico, Catedrático de Derecho Penal de la Universidad Carlos III. “Y mucho antes habíamos visto en dos ocasiones al presidente del Santander en el banquillo y hemos tenido a dos banqueros condenados, Mario Conde y Alfredo Sáenz (eso sí, indultado por un Gobierno). Así que fiscales y jueces de instrucción han apuntado a las entidades bancarias hace tiempo, no es nuevo”, añade. Este experto defiende que, si comparamos con otros, la banca es de los sectores donde más persecución penal ha habido: “Otra cosa es, obviamente, que resulta difícil lograr una condena frente a las grandes empresas”, finaliza.

“El caso de Miguel Blesa es peculiar, tanto por el juez como por la decisión de prisión provisional”, considera Manuel Cancio, Catedrático de Derecho Penal de la Universidad Autónoma de Madrid. “Lo que hay que asumir desde un principio es que los delitos en cuestión (apropiación indebida, administración desleal, o en algún caso, estafa) son dolosos. Es decir, hay que probar la intención de dañar a la entidad”, apunta este experto. “La mera mala gestión, inadecuada técnicamente o incluso muy imprudente, no es delito. Así se plantea el dilema entre  ‘irresponsabilidad organizada’ (no es posible identificar concretamente en una organización a la persona responsable, los ejecutores dicen que ellos no tenían la responsabilidad, los directivos dicen no saber nada…) y escoger meros chivos expiatorios (que paguen determinados directivos, aunque no pudieran saber nada)”, añade. “En mi opinión, si no hay interferencias políticas, lo normal es que estos procesos acaben con condenas no de miembros del consejo de administración, sino del nivel de dirección general, que es donde normalmente se toman las decisiones posiblemente delictivas”, finaliza.

Así que, considerando los procedimientos abiertos, será posible que veamos más banqueros camino de la cárcel, lo que no se sabe es si se conseguirán o no condenas. En todo caso y visto lo visto, no estaría de más echar mano de aquel dicho de la sabiduría popular: “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.