La intervención del presidente de Realia, Ignacio Bayón, antes de la junta de accionistas de la empresa celebrada este miércoles ha tenido un perfil más optimista que negativo, pese a que la inmobiliaria se enfrente aún a las negociaciones con la banca acreedora de un préstamo de 836 millones de euros después de varios aplazamientos. Incluso señaló que es posible alcanzar un acuerdo el mes de julio, antes de septiembre cuando concluye el plazo fijado.

Bayón expuso además las líneas básicas que el grupo defiende ante los acreedores: mantener al máximo el negocio patrimonial, que es el que asegura el futuro de la inmobiliaria, y sanear el área residencial, a la que está unida la deuda que se negocia. El presidente de Realia no quiso dar detalles de las exigencias de la banca, frente a las filtraciones realizadas alguna entidad financiera que apuntaban a que la empresa debía vender edificios de París u otros activos del área patrimonialista en Madrid y Barcelona. En este tema fue rotundo: «es el sustento del futuro».

Y explicó uno de los temas que negocia con la banca, que puede permitir la remodelación de la compañía y es que los bancos acreedores faciliten financiación específica a clientes que compren sus viviendas, lo que posibilitaría la reducción de stock que supera las 900 viviendas. Las condiciones serían similares a las que estas entidades facilitan para vender los pisos que tienen en su cartera.

Si todo va según el guión previsto, después del acuerdo con los acreedores, FCC aumentará su participación y la Sareb entrará en el capital, a través de la capitalización de créditos participativos. Pero, según Ignacio Bayón, existen otros posibles inversores futuros que están interesados entrar en el capital de la inmobiliaria, básicamente fondos de inversión internacionales, aunque únicamente en el negocio de patrimonio. Ea adem´s un tema, la inyección de capital, que forma parte de las prioridades de la presidencia de la inmobiliaria. Bayón relaciona estas ofertas de inversores en parte con el interés que comienza a repuntar por invertir en España. Y también con la calidad de los activos en París, Madrid y Barcelona.