Desde que Ramontxu García dejó de dar las campanadas no hay Año Nuevo que valga. A las pruebas me remito. Rubalcaba está de moda, casi una joven promesa, Cascos de rabiosa actualidad, el alcalde de Valladolid sigue con sus rebuznos, el Gobierno anuncia el principio del fin de la crisis y, como cuando éramos adolescentes, no nos dejan fumar aunque, eso sí, antes nos lo prohibían los padres y ahora Leire Pajín. Por lo demás uno no sabe bien si estrena calendario o está inmerso en plena penitencia de Semana Santa. Antes de enredar más la madeja advertir que la ley antitabaco me parece necesaria en términos generales aunque no llego a entender algunos supuestos a causa, sin duda, de mi incapacidad aprehensiva que no a la incompetencia ministerial.

Por ejemplo el nada descabellado caso de un bar en el que tanto su propietario como el personal y los clientes le den al vicio o no les moleste el humo ajeno ¿Por qué ese exceso de celo en imponer algo que se ha armonizado antes con el consentimiento de las partes? Sólo les pediría a los Reyes, además de su abdicación inmediata (la de los Magos también), que la mitad de esos desvelos que los gobernantes tienen con nuestros pulmones lo tuvieran con nuestros bolsillos ya que, de seguir así, no hará falta dar más vueltas de tuerca porque no nos va a llegar ni para papelillos. Sin olvidar que si malo es fumar tampoco resulta nada edificante esta hipocresía de perseguir al Ducados por delincuente pero quedarse luego en las arcas los impuestos que generan sus fechorías.

Si tan nefasto es prohíbase su venta y que sea el mercado negro quien fije las tarifas a espaldas de Hacienda. Eso sí, que a la ministra Salgado se lo diga su colega Pajín y que sea ella también quien le airee con el pay pay  porque a un servidor, con estas cosas, le entra la risa floja. Me pasa casi igual con el señor Cascos y me lo tengo que mirar porque si a algo invita su rictus y su talante es a todo menos a eso. Otra cosa son sus argumentos para abandonar el PP. Que sea don Francisco quien se vaya de su partido con la coartada de la falta de democracia interna supone una serie competencia, por nivel de hilaridad, a los grandísimos Faemino y Cansado con el mérito añadido que implica soltarlo con una seriedad que asusta. Con ese carisma no es de extrañar que lo quiera fichar el CDS ¿El CDS? Lo dicho. Feliz Edad de Piedra.