A tres meses de pasar por las urnas para revalidar la cancillería alemana, Angela Merkel ha concedido una entrevista conjunta a Süddeutsche Zeitung, The Guardian, Le Monde, Kathimerini, La Stampa y El País. La dirigente germana intenta mostrar su cara más amable. Por su interés, diarioabierto.es resume dicha entrevista.

Dado su interés por el problema del paro juvenil, Merkel asegura que no es coincidencia porque vaya a haber elecciones en octubre, ya que es un tema que «me preocupa desde hace tiempo». Y recuerda todos sus pasos para solucionar el problema, como los 6.000 millones de euros aprobados en el Consejo Europeo para combatir el paro juvenil, ya que «tal vez sea el problema europeo más urgente en estos momentos».

Reformas «pruedentes» del mercado laboral

Melkel también considera que el problema del mercado laboral «no podrá solucionarse únicamente con dinero, sino con reformas prudentes». Así considera «imprudente» que algunos pa´sies flexibilicen el derecho laboral solo para los jóvenes y no para los mayores, que tienen trabajo desde hace tiempo. Entre sus recetas, también incluye «más movilidad en Europa».

Precisamente, la cumbre por el empleo que se celebra este miércoles en Berlín, por iniciativa de la canciller tiene como objetivo poder «intercambiar sistemáticamente experiencias muy concretas sobre medidas que funcionan». Pero además cree que en la UE «deberíamos buscar un procedimiento uniforme para el establecimiento de empresas, por ejemplo, del sector de la tecnología de la información, en lugar de los 27 o ahora 28 regímenes administrativos de ámbito nacional». Con ello, asegura, se animaría a los inversores mundiales a venir a Europa.

Minijobs o empleo precario

En cuanto a los jóvenes que desean trabajar en otros países de la UE, la canciller reconoce que encuentran condiciones muy distintas, unos un buen puesto de aprendizaje o un empleo con perspectivas de futuro y otros, en cambio, trabajos más básicos. Pero, en su opinión, esta experiencia «les podrá servir sin duda para cambiar a un trabajo mejor». Por ello, insiste en que Europa necesita mayor movilidad en el mercado laboral.

Además, cree que la experiencia en su país sobre el sistema dual podría ser una solución para otros muchos países, ya que Alemania ha conseguido reducir a la mitad el paro juvenil desde 2005 y, en la actualidad, se puede ofrecer un puesto de aprendizaje a todos los jóvenes que lo deseen. Por ello, llega a la conclusión de que ningún país tiene que introducir de la noche a la mañana el sistema dual en su conjunto y que la formación interempresarial puede ser una solución. Y la segunda lección es que no debemos centrarnos exclusivamente en la academización de los jóvenes.

Y en cuanto a la situación de los jóvenes en el Sur de Europa, reconoce que «no se puede acabar de un plumazo» con el paro juvenil, sino que las bases deben sentarse poco a poco. Y en esta tarea, es fundamental que haya asesores experimentados a nivel local, que conozcan a los jóvenes y les vean con regularidad. Su labor como política -concreta Merkel- es «marcar las pautas adecuadas en Alemania y en Europa» junto a sus colegas.

Pero también se debe actuar desde otros ámbitos, como lograr una «solución duradera» al problema de los costes de refinanciación de las empresas a través de la mejora de la reglamentación del sector bancario y con un sistema central de supervisión bancaria fiable. A su juicio, es la única forma de devolver la confianza a los inversorse a largo plazo.

Unión Bancaria

En cuanto a la unión bancaria, aconseja que la velocidad debe seguir un orden riguroso para que sea efectiva. Tras enumerar las tareas inmediatas (entrada en vigor del organismo de supervisión, o la armonización de los sistemas nacionales de garantía de depósitos…), Merkel está convencida de que el control y la responsabilidad deben encontrarse en un mismo nivel, ya que «hay una serie de posibilidades de intervención que solo podrán darse modificando los tratados» y, en estos momentos, se debería «hacer todo lo posible sin necesidad de modificarlos».

Austeridad

Ante el giro que parece estar dando la UE, flexibilizando el objetivo de déficit y priorizando las políticas de empleo, Merkel cree un mayor endeudamiento «nunca puede ser una solución» y que es  necesario reducir los déficits para que los inversores internancionales recuperen la confianza, algo en lo que -asegura- «ya hemos experimentado avances sustanciales en Europa».

Sin desdecirse, Merkel se muestra convencida de que el camino emprendido es correcto: consolidación presupuestaria, por un lado, y profundas reformas estructurales, por otro. Así se genera un crecimiento sostenible. La cuestión después corresponde a cada país, ya que debe decidir cómo ganar dinero, qué industrias quiere tener o qué servicios. Lo que la crisis ha dejado claro es que «la construcción ya no podrá soportar por sí sola toda la carga».

Tras aconsejar «no perder la paciencia», una vez que se han reducido a la mitad los déficits en Europa, afirma que «tengo la sensación de que los ciudadanos de muchos países saben perfectamente cuáles fueron los errores cometidos en sus países en el pasado. Lamento que a menudo sean precisamente los que no tuvieron nada que ver con esos errores, los jóvenes y los más desfavorecidos, quienes hoy más padecen las consecuencias. Con frecuencia, las personas con capital ya hace tiempo que han salido del país o cuentan con otras posibilidades para protegerse. Los ricos en los países más afectados por la crisis podrían ser muy útiles si se comprometieran más. Es muy lamentable que parte de las élites económicas asuman tan poca responsabilidad por la deplorable situación actual».

Cree también que Alemania ha acertado con su política económica, y sea cual sea el camino que elija cada país, asegura que «nadie puede suprimir la necesidad de ser competitivo y de tener que crear y generar la riqueza. Cuando miro hacia Italia, España y Grecia, lo que veo son sectores de éxito muy diversos». Y en esta elección, «el tamaño no es el criterio clave para el éxito», ya que según Merkel la clave es que «todos nos demos cuenta de lo mucho que ha cambiado el mundo. China, la India, Brasil, Corea del Sur y muchos otros países llevan tiempo haciéndonos la competencia en áreas que antes dominábamos nosotros». Por este motivo, aconseja » reaccionar frente a tal situación y cambiar». Y ese cambio es ofrecer desde Europa al mundo «productos atractivos e innovadores» para no perder cuota de mercado y bienestar.