El “Informe 2013 sobre Tecnología e Innovación en España”, elaborado por Cotec, derrocha realismo y evidencia el deterioro de la mayoría de los indicadores sobre investigación y desarrollo (I+D) y, lo que es más preocupante, augura su empeoramiento durante los próximos años. El dato más alarmante es la reducción del gasto corriente en I+D empresarial, que demuestra que “la crisis ya está destruyendo la escasa capacidad investigadora de las empresas españolas”. Y los únicos signos positivos, la mejora de las exportaciones de bienes de equipo y la reducción del fracaso escolar.
El director general de Cotec, Juan Mulet, resalta que “desde que comenzó la crisis en España, el número de empresas con actividades innovadoras se redujo en un 43%, mientras que el de empresas con actividades de I+D se redujo en un 36%”. Un rápido descenso que va a seguir deteriorándose en los próximos años, de forma que “el número de empresas españolas con actividades de I+D y de innovación se situará en la mitad de las que había al comienzo de la crisis”.
“Si crear el sistema español de innovación que teníamos antes del comienzo de la crisis, que aunque todavía era pequeño ya había demostrado un cierto grado de madurez y eficiencia y debería convertirse en el embrión del nuevo modelo productivo que necesita la economía española, costó 20 años de grandes esfuerzos, tanto públicos, con los impuestos de los ciudadanos, como privados, por parte de las empresas, perder la mitad de ese sistema deterioraría gravemente la competitividad del país porque supondría perder diez años de avance y de progreso que serán muy difíciles de recuperar”, argumenta Mulet.
“Lo más sorprendente es que esta destrucción del tejido empresarial innovador del país se está produciendo sin ninguna reacción social significativa, seguramente porque nuestra sociedad todavía no es consciente de la importancia de la innovación para garantizar nuestro crecimiento económico y nuestro bienestar social”, enfatiza el director general de Cotec. Esa indiferencia social “se debe, probablemente, a que hemos vivido en un sueño de riqueza basado en un modelo productivo especulativo y que no generaba valor, pero que nos permitía adquirir a otros países la tecnología y la innovación que necesitábamos para mantener nuestros elevados niveles de calidad de vida”. “Ahora ese modelo se ha agotado, y muy difícilmente se va a poder recuperar, por lo que para asegurar el mantenimiento de los niveles de bienestar a los que nos habíamos acostumbrado toda la sociedad deberá volcarse en apostar por un modelo productivo basado en el aprovechamiento del conocimiento para generar valor, es decir, en la innovación”, apunta Mulet.
Más recorte de la Administración
Los datos del informe de Cotec demuestran que la crisis ya está afectando seriamente a la actividad investigadora de las empresas españolas. El gasto total en I+D en España se situó en 14.184 millones de euros (equivalente el 1,33% del PIB), lo que supone una reducción del 2,8% respecto al año anterior. Lo peor es que, por primera vez, esa caída de la inversión en I+D se produce en todos los sectores. La Administración redujo su gasto en I+D un 5,7%, la Enseñanza Superior en un 2,9%, y las empresas en un 1,5%.
Frente a lo que sucedía en años anteriores, las empresas redujeron tanto sus gastos corrientes como los de capital, lo que supone una confirmación de que la crisis ya está afectando seriamente a la actividad investigadora de éstas. Las empresas “se han visto obligadas a reducir incluso sus equipos de investigadores, renunciando así a un capital humano que ha costado mucho acumular y cuya importancia es clave para su futura competitividad”, señala el informe de Cotec. Los gastos corrientes empresariales en I+D han disminuido un 2,4%. Desde que comenzó la crisis el número de investigadores empresariales se viene reduciendo un 1% anual.
La actividad de I+D ocupaba en España a 215.079 personas, de las que el 60,6% eran investigadores (130.235), lo que supuso una caída, por primera vez, en la senda de crecimiento mantenida hasta ahora. La crisis ha afectado especialmente a los investigadores públicos, cuyo número se redujo por primera vez en 2011, con una caída total del 4,4% hasta situarse en 85.078. Los investigadores de la Administración se redujeron el 6,1% (22.893); los de la Enseñanza Superior, el 3,7% (62.185). En el sector privado también se reducen, aunque en menor medida: un 1,1%, hasta los 44.915 investigadores.
El informe de Cotec muestra que continúa la pérdida de posiciones respecto a los países de referencia iniciada en 2009, lo que supuso el fin de la continuada tendencia a la convergencia que comenzó en 1994. Mientras los grandes países europeos ya están en una fase de recuperación de la inversión en I+D, la situación ha seguido empeorando para España.
Los expertos, alarmados por las perspectivas
El panel de más de un centenar de expertos de Cotec refleja un claro pesimismo sobre la evolución del I+D en España. El índice sintético de opinión de Cotec para este año se sitúa en su valor histórico más bajo, el 0,841. Las razones para ese pesimismo se basan en “la escasa dedicación de recursos financieros y humanos para la innovación en las empresas, la falta de cultura en los mercados financieros españoles para la financiación de la innovación, el papel insuficiente de las políticas de apoyo a la investigación, desarrollo tecnológico e innovación en las actuaciones prioritarias de las Administraciones Públicas, y la escasa cultura de colaboración de las empresas entre sí y entre éstas y los centros de investigación”. Este año aparece el problema de la financiación pública entre los más citados por los expertos, mientras que pasa a segundo plano el problema de que la demanda nacional no actúa suficientemente como elemento tractor de la innovación.
El porcentaje medio de opiniones de empeoramiento es el 45%, mientras que el de opiniones de mejoría es solamente el 13%. La tendencia que más expertos consideran que se deteriora es, como el año pasado, la referente a la disponibilidad de fondos públicos para el fomento de la I+D+i. Ésta viene siendo la tendencia al deterioro más citada por los expertos, en porcentajes crecientes, todos los años desde 2009. La siguiente tendencia negativa, muy relacionada con la anterior, es la referente a la importancia de las políticas de fomento de la innovación dentro de las políticas del Gobierno español.
La única tendencia sobre la que casi la mitad de los expertos opinan que es a mejorar es, como viene ocurriendo desde 2009, la referente a la concienciación de investigadores y tecnólogos sobre la necesidad de responder a la demanda de innovación de los mercados.
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