El empleo flexible en España cae del 50 al 39% en la última década

20/07/2013

Maite Vázquez del Río. El informe recomienda a España realizar una reforma laboral orientada a resultados, adoptar el Plan Nacional de Empleo, poner en marcha el portal único de la UE, o luchar contra el paro juvenil. El uso de la "temporalidad profesional" sería una buena opción para hacer más rentables las empresas.

La agencia privada de colocación Randstad acaba de presentar la primera edición del informe anual “Flexibilidad en el trabajo 2013”, en el que analiza la evolución de las relaciones laborales flexibles durante la última década. En el caso de España llega a la conclusión que el empleo flexible ha caído del 50 al 39% en los últimos diez años, mientras que en el resto del mundo está creciendo de forma considerable hasta el extremo de poner en duda la posición de los contratos de trabajo indefinidos tradicionales.

La importancia de la flexibilidad en los mercados laborales es vital en un mundo cada vez más globalizado, con crecientes relaciones comerciales entre países y una competencia que no deja de aumentar. La flexibilidad del mercado laboral permite a las empresas adaptar el número de contrataciones externas y la composición de su personal cuando sus líneas de productos y métodos de producción se ven alterados por la innovación.

Aunque es cierto que los tradicionales contratos indefinidos siguen constituyendo la norma, en las últimas décadas se han desarrollado muchas otras formas de relaciones laborales flexibles. Éstas varían según el tipo de flexibilidad: en la duración del contrato (contratos de duración determinada), en la compañía para la que trabajan los empleados (por ejemplo, relaciones a tres bandas, como en la cesión temporal de trabajadores por parte de las agencias privadas de empleo), y en la relación laboral (trabajadores autónomos). Por este motivo, todos estos tipos de contrato se pueden considerar flexibles en comparación con los contratos indefinidos tradicionales con un empleador directo.

De esta forma, en el estudio se analizan, entre otros aspectos, la proporción del trabajo, los contratos de duración determinada, el trabajo por cuenta propia en el mercado de empleo total y las ventajas y desventajas posibles entre estas diferentes formas de trabajo flexible.

El aumento o disminución de los diferentes tipos de trabajo flexible puede ser atribuido a cambios tanto en las estructuras sociales y económicas locales como en las instituciones y en la legislación, se constata en dicho informe. También se confirma que crece el trabajo flexible  principalmente en países donde la participación laboral está incrementándose, mientras que se reduce donde la participación laboral es relativamente baja o está estancada.

Según el estudio, el punto de inflexión se produjo en 2007, cuando los países del Mediterráneo decrecieron entre un 19 y un 15%, principalmente España, que perdió 1,9 millones de contratos de duración determinada entre 2007 y 2012, sobre todo en lo que se refiere a trabajadores de menor cualificación (-1,1 millones), especialmente pertenecientes a los sectores de la construcción (0,8) y la industria manufacturera (0,3).

Centrados en el mercado español, el responsable de Randstad, Luis Pérez, hace referencia a la tasa de paro que, previsiblemente, llegará a alcanzar el 28%. La flexibilidad contribuiría a reducir el desempleo. La crisis ha supuesto, junto al aumento del paro, una caída de la temporalidad, ya que los trabajadores temporales fueron de los primeros en salir de las empresas. Por ello, nuestro país que contaba con una de las tasas de temporalidad más altas (32,1%) antes del inicio de la crisis ha pasado a tener una tasa del 23,7%.

Otro problema para la flexibilidad del mercado laboral en España es la fuerte dualidad de la contratación (temporal o fijo), teniendo una transición de temporal a fijo mucho mayor que en otros países. Lo cierto es que la solución vendría por “la temporalidad profesional”, que ofrecen las empresas de trabajo temporal. En Randstad, presente en todo el mundo, han comprobado que las empresas que contratan estos “profesionales temporales” son más eficientes y rentables y “salen antes de la crisis”, según asegura Pérez.

Ante esta evolución, en el informe de Randstad se recomienda a España para que mejore la situación del empleo que finalice la evaluación de las reformas del mercado laboral y presente modificaciones si fueran necesarias; adoptar el Plan Nacional de Empleo y promulgar una reforma del mercado laboral orientada a resultados; poner en marcha plenamente el portal único de la UE; e implementar y monitorizar la efectividad de las medidas para luchar contra el empleo juvenil a través, por ejemplo, de una Garantía Juvenil.

Está demostrado que la capacidad de intermediación es mucho mayor en las agencias privadas de colocación que en los servicios públicos de empleo. Por este motivo, desde Randstad insisten en profundizar en los convenios de colaboración público-privados, teniendo en cuenta que “España tiene una elevada necesidad de flexibilidad por la forma que tiene su economía y sus empresas”. Había que poner el énfasis –concluye Luis Pérez- en lograr la denominada “flexiseguridad”, un modelo por el que las empresas logran la flexibilidad que necesitan, creando empleos que no son precarios, porque “la sobreprotección de los trabajadores no lleva a que se realicen más contratos”. Incluso en Randstad consideran que sería conveniente la creación de contratos específicos para la “temporaldad profesional”.

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