Stop a la osteoporosis

10/01/2011

Al fisio.

La organización mundial de la salud, OMS, define la osteoporosis como una enfermedad sistémica caracterizada por una masa ósea baja y un deterioro de la microarquitectura del tejido óseo, que conduce a una mayor debilidad ósea y a un aumento del riesgo de fracturas. Es una enfermedad silenciosa que no se manifiesta hasta que está avanzada.

Se da con mayor frecuencia en mujeres, especialmente tras la menopausia, por el descenso en la producción de estrógenos, aunque también la padecen, en menor medida, los hombres.

El hueso no es un órgano muerto. En su interior se producen durante toda la vida numerosos cambios metabólicos donde se alternan fases de destrucción y formación,  fases que están reguladas por distintos factores.  A los 30-35 años una persona alcanza su pico máximo de masa ósea, y esta será la renta de la que deberemos vivir el resto de la vida. Por eso es tan importante cuidarnos para mantener esta masa lo mejor posible.

Cómo evitarla

Gracias a la densitometría, una prueba de imagen no invasiva, se detectará la pérdida de masa ósea de manera precoz. Una vez diagnosticada la osteoporosis, el tratamiento médico se hace imprescindible. En la actualidad se trata con calcitonina, vitamina D, estrógenos, etidronato, alendronato, risedronato, raloxifeno, calcitonina y teriparatida. Tanto para evitarla como si ya se sufre es fundamental, una dieta sana y equilibrada, evitar la ingesta de tóxicos como el tabaco y hacer ejercicio físico.

El ejercicio físico es fundamental en la prevención y tratamiento de la osteoporosis. Realizar una actividad física adecuada ayuda a mantener una buena calidad ósea y permite, en muchos casos, evitar la aparición de la enfermedad. En los casos en los que ya ha aparecido, el ejercicio puede frenar el descenso de la densidad ósea e incluso aumentarla. Esto será fundamental para evitar fracturas que puedan provocar una inmovilización prolongada del paciente y otras complicaciones derivadas de la pérdida de masa ósea.

No todo el ejercicio físico cumple el objetivo. Por ejemplo, la natación y la bicicleta, no han demostrado ser eficaces en la formación de masa ósea.

Elegiremos:

  • Ejercicio con impacto, ya que la presión mecánica está relacionada con la osteogénesis (generación de hueso.)
  • Ejercicio en el que demandaremos una adecuada contracción muscular basándonos en que la tensión tendinosa sobre el hueso aumenta la formación de este.
  • Ejercicios en los que trabajaremos la flexibilidad.
  • Ejercicios aeróbicos con la carga del propio peso.
  • Ejercicios de estabilidad y equilibrio para evitar las posibles caídas.

Recordar que, especialmente si ya padecemos osteoporosis, será consultar con un especialista, médico o fisioterapeuta, que nos asesore.

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