Seguramente convendrá con nosotros que la mayor parte de los zumos que se comercializan, los más famosos, no son excepcionalmente buenos (salvo algunos). De hecho, la gran mayoría están hechos a base de concentrados y el porcentaje de fruta suele ser más bien reducido, o se utiliza en ellos fruta de dudosa calidad. Por eso el consumidor debería celebrar la existencia de esta pequeña firma catalana, Romantics. Nacieron a finales de 2005, pero la idea fue anterior: uno de los socios (son seis), Marc Coll, quien había trabajado en multinacionales de gran consumo, estaba dándole vueltas a fundar una fábrica de smoothies (término anglosajón para referirse a la fruta entera triturada, más denso que un zumo), los cuales había conocido en Inglaterra. Y dio el salto: “Montamos todo con fondos propios, de hecho tuvimos que vender hasta el coche, un Golf 25 aniversario, para comprar la máquina de poner la fecha de caducidad a los envases. Lo recuerdo porque pensé que las dos máquinas eran tan desproporcionadamente desiguales”, comenta María, una de las socias. Smoothies, zumos, nubes de yogur, cremas frías como el salmorejo y el gazpacho… Han ido creciendo poco a poco (sus productos pueden encontrarse a nivel nacional, en pequeños establecimientos y en cadenas como Carrefour, El Corte Inglés, Caprabo, Bon Preu… “Un buen ejemplo nos lo dio Alimentaria 2008, donde tuvimos un pequeño stand de 9 metros cuadrados. No teníamos dinero, ni tan siquiera mesas o sillas, así que hicimos un móvil de frutas que flotaban y gustó tanto que salimos en todos los medios. A veces el ingenio puede más que el dinero”, añade.
Y además de sanos sus productos son bien innovadores, ya que Romantics, que emplea a 16 personas, no pasteuriza sus delicatessen, sino que las Pascaliza: “El High Pressure Processing consiste en que, una vez exprimida o triturada la fruta o la verdura, y cuando está envasada, la sumergimos en agua y aplicamos presión de 6.000 bars. Este proceso mata todas las bacterias y mohos pero preserva las propiedades de la fruta, el zumo está vivo en botella, así conseguimos que un zumo fresco dure 25 días sin perder nada”, explica. Hasta ahora, para preservarlo, lo único que se hacía era calentarlo, pasteurizarlo en el mejor de los casos: “A nosotros no nos gusta calentar la fruta porque, en cierta forma, la cocinas, y pierde sus propiedades organolépticas y muchos de sus nutrientes”, dice.
Son la primera empresa española en utilizar este proceso. Y aunque lo “dulce” es su punto fuerte, ya están trabajando en novedades de cara al invierno, como cremas de verduras frescas… ¿Le tienta un Romantics?
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