“La solución en Siria vendrá de dentro, no de fuera”

27/08/2013

Lucía Martín. En octubre de 2012 entrevistamos en Madrid al que entonces era el dueño de la única tienda de lujo situada en un centro comercial cerca del palacio presidencial en la capital de Siria, Damasco.

Cuando acaba de anunciarse la intervención de EEUU en Siria, recuperamos la conversación, destacando entre otras, una frase que da título a esta entrevista: la solución en Siria no vendrá de fuera, sino de dentro

“Es el dueño de la única tienda de lujo que permanece abierta en Damasco (octubre 2012), situada en la zona del palacio presidencial. Mientras las calles están destripadas y hay muertos todos los días, una selecta clientela, mucha de ella relacionada con el Gobierno, sigue acudiendo a comprar marcas de moda internacionales a su establecimiento.

La entrevista tiene lugar en la terraza de una cafetería de Madrid. Al iniciar la charla la conversación se ve interrumpida por gritos que vienen desde el otro lado de la calle: por la acera de enfrente pasa, en ese preciso momento, una de tantas manifestaciones a las que ya nos vamos acostumbrando en la capital. “En mi ciudad también hay manifestaciones, pero de otro tipo, son más graves”, bromea nuestro interlocutor. A., sigla de un nombre figurado, es el último empresario que tiene abierta una tienda de lujo en Damasco, la capital de Siria.

Sí, han leído bien: mientras el Ejército bombardea a los insurgentes y el número de muertos va aumentando paulatinamente, este joven treinteañero abre todos los días, de momento, su tienda con productos de marcas textiles internacionales como Yves Saint Laurent, Armand Bassi, la española Pili Carrera, Quicksilver, etc…

Su familia, que se encuentra en el extranjero, también tiene otro establecimiento de lujo cerca de la costa siria. Allí no hay problemas. También de momento.

Todo parece ser momentáneo en este país: lógico, la guerra instala la precariedad continua. Por eso no deja de ser curioso que un establecimiento de lujo siga abierto: por sus lineales desfilan sobre todo mujeres, esposas muchas de ellas, de militares del Ejército.

– Resulta curioso, viendo las imágenes de los medios de comunicación, que en Damasco se sigan comprando artículos de lujo

– Sí, lo que pasa es que nuestra tienda está en la zona segura donde está el Palacio presidencial, por eso allí no hay bombardeos. Tenemos cortes de tráfico y pasos fronterizos, pero nada más. Bien es cierto que nuestra zona parece segura pero en cualquier momento podría dejar de serlo.

– ¿Es la única tienda de este tipo que sigue abierta en la capital?

– Creo que sí, no tengo muy claro si la avenida comercial del hotel Four Seasons cerró o no. Ahora mismo somos el número uno en Siria (ríe con ironía).

– ¿Cuántos clientes tenías?

– Teníamos unos 4.000. Ahora debemos tener unos 1.400. Las ventas han bajado más de un 80%. Yo sigo comprando mercancía, pero ahora es más difícil porque no llegan aviones comerciales.

– ¿En algún momento has tenido que cerrar?

– De momento no. Abrimos todos los días de diez a doce de la noche. Seguimos teniendo luz. Hay unas 20 personas trabajando en la tienda aunque muchos no pueden acudir todos los días al puesto.

– ¿No te has planteado cerrar?

– Hasta ahora he podido abrir pero a lo mejor dentro de unos meses tengo que cerrar. Yo siempre fui optimista: decía que esto acabaría pronto, pero ya no lo soy tanto.

– ¿Por qué no te vas?

– Porque no quiero. Es mi país, y no quiero. Eso es lo que ellos (el Gobierno) quiere, que nos vayamos. Muchos de los que tienen dinero se han marchado del país pero también muchos están regresando porque estar fuera supone mucho gasto, mucho dinero. Si te fijas, en las mezquitas, casi todos son viejos, los jóvenes van desapareciendo. Muchos de mis amigos han desparecido, están secuestrados, nadie sabe donde están.

– ¿No te da miedo hablar para un medio de comunicación?

– Bueno, hay que contar las cosas.

– ¿Cómo es uno de tus días?

– Me paso casi todo el día en la tienda, en el edificio. Allí también es donde como, los restaurantes siguen abiertos. Trabajo muy cerca del trabajo así que voy caminando, en coche hay muchos pasos fronterizos del Ejército.

– ¿De dónde vendrá la solución al conflicto en Siria?

– De dentro, no de fuera. El problema ahora mismo es que los rebeldes están muy desorganizados. Y lo peor está por venir, porque ahora llega el invierno y hace bastante frío. Hay familias que lo han perdido todo y están refugiadas en escuelas pero el Gobierno quiere volver a abrirlas, eso supondrá que esa gente se va a la calle.

– ¿Cómo ves el futuro?

– Uff…. Mira, en la costa tenemos un barco ruso y otro americano. Yo creo que la III Guerra Mundial empezará aquí en Siria, debemos tener recursos que se nos escapan o estar situados estratégicamente. No sé. Yo no tengo miedo a volver a empezar. Lo que quiero es que acabe todo para poder volver a empezar.

 

 

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