ACS, después de provisionar el impacto de su intento fallido de control de Iberdrola, vuelve en el primer semestre de este año a presentar unos resultados positivos por 357 millones de euros correspondientes a la sociedad dominante del grupo frente a las pérdidas por 1.233 millones del mismo periodo del año precedente. Un retorno a la normalidad, que muestra las fortalezas y debilidades de un grupo fuertemente diversificado por áreas geográficas y por actividades. ACS informa que, sin los factores extraordinarios de este primer semestre y los ocurridos en los primeros seis meses de 2012, el beneficio se habría reducido en un 7,5%.

El Ebitda (resultado bruto de explotación) hasta junio ascendió a 1.545 millones de euros, con una reducción del 2,1%. Las ventas subieron 1,5%, pero hay otros datos más positivos, como el recorte de la deuda a 5.965 millones de euros, un 30% menos que al cierre del primer semestre de 2012. Del total de la deuda, 1.966 millones de euros corresponden a la filial alemana Hochtief.

Con todo, la compañía se «queja» de que del recorte de la construcción en España mantiene una influencia negativa en su facturación y resultados, que compensa en parte con la mejora de esa actividad en Estados Unidos y Europa, así como con del área de medio ambiente en España. La distribución de las ventas por áreas geográficas muestra que Asia Pacífico aporta el 39% del total, seguida por América, con un 33%, Europa, con un 26% y España, con el 15,5%.

La cartera de pedidos, que asciende a 69.786 millones, se ha visto afectada a la baja por la caída de la cotización del dólar australiano, el que más pesa en el conjunto de la cartera, y por el cambio de perímetro del grupo tras le venta de filiales.