El último obstáculo al que se enfrentaba el mágnate mexicano Carlos Slim, que controla América Móvil, para hacerse con la operadora holandesa KPN puede ser decisivo para que la operación queda aparcada. Pese a que cuenta con el 29% de las acciones de KPN, una poderosa fundación, de carácter independiente, que controla parte del capital de la compañía de telecomunicaciones de los Países Bajos, ha anunciado que se opone a la oferta «para salvaguardar los intereses de la empresa y los grupos vinculados a la firma».

Y es que los objetivos fijados por Slim desde que entró en el capital de la holandesa, no han sido bien recibidos por parte de la firma europea, que incluso negoció y pactó con Telefónica la venta de la filia alemana E-Plus. Además para detener a los mexicanos, el consejo de administración de KPN había aprobado la emisión de acciones preferentes clase B a favor de la Fundación, que representan el 50% menos un voto de la totalidad del capital social del grupo. Y esta entidad anunció ayer que había materializado la operación, con lo que se ha convertido en la llave de la compañía: contra ella, poco se puede hacer. La fundación fue constituida en 1994 con el objetivo de preservar la identidad e independencia de la operadora holandesa, unas metas que, en opinión de la entidad, ahora están en peligro.

En este contexto, América Móvil ha respondido este viernes que si la Fundación mantiene su posición y «busca evitar que la opa prospere, en detrimento de los clientes, empleados y accionistas de KPN, así como de los servicios de telecomunicaciones de los Países Bajos, estaría preparada para retirar la oferta”. América Móvil ha apelado a su fortaleza, como primera empresas del sector en América Latina, capaz de afrontar una operación que está valorada en un total de 7.100 millones de euros. Sin decilro, ha dejado la puerta abierta a una mejora de las condiciones económicas de la oferta.

En caso que Slim se vea obligado a retirar la oferta, el escenario para Telefónica vuelve a su origen, ya que la compra de E-Plus se pactó con la actual dirección y consejo de KPN, con el voto en contra, entonces, de los dos representantes del grupo azteca.

Esta dificultad en su estrategia de expansión ofertas en el Viejo Continente no es la primera. En el 2007, un grupo de bancos italianos junto con Telefónica se unieron para obstaculizar una oferta por Telecom Italia, que supuso que los activos brasileños pasarán al grupo que preside César Alierta.