Jeroen Dijsselbloem ha avisado, no obstante, del retraso en la aplicación de las reformas estructurales que la UE exige a los Estados miembros para mejorar la competitividad.
«Hay motivos para el optimismo. Algunos países y la eurozona en su conjunto han salido de la recesión, en otros hay signos optimistas sobre el retorno del crecimiento y el empleo», dijo Dijsselbloem en una comparecencia ante la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara, en la que ha avisado de que la recuperación todavía es «frágil».
No obstante, el jefe del Eurogrupo descartó la posibilidad de una recuperación sin empleo, aunque ha admitido que la creación de puestos de trabajo puede retrasarse. «Siempre hay una diferencia temporal entre crecimiento y empleo y por eso no estoy preocupado por un largo periodo de crecimiento sin empleo», apuntó.
A su juicio, la mejora económica se explica por las políticas de ajuste y reformas de la UE y la actuación del Banco Central Europeo (BCE). «No hemos hecho cosas equivocadas», aseguró aunque criticó el retraso en la aplicación de algunas reformas.
«Estoy preocupado por las reformas estructurales y la velocidad de aplicación», resaltó Dijsselbloem. «Tenemos que garantizar que no paremos las reformas. Creo que queda mucho trabajo por hacer en materia de aplicación»,insistió.
Unión Bancaria y crédito a pymes
Dijsselbloem insistió en que es «muy urgente» seguir avanzando en la unión bancaria para acabar con la fragmentación del mercado de crédito en la UE. A corto plazo, apeló al plan que prepara el Banco Europeo de Inversiones y dijo que espera novedades en la reunión del Ecofin que se celebrará la semana que viene en Lituania.
En cuanto a la unión bancaria, el jefe del Eurogrupo reclamó la participación de expertos independientes en la nueva ronda de test de estrés que realizará el Banco Central Europeo (BCE) a principios de 2014, antes de convertirse en supervisor único de la eurozona, para garantizar la fiabilidad de los resultados y evitar los problemas de las dos primeras rondas, que no detectaron los problemas del sector.
«Me parece importante un escrutinio en profundidad e independiente de la calidad de los activos. Las empresas privadas deben tener un papel en esto, creo que es inevitable y necesario», ha insistido. Pero dejó en manos del BCE la definición de los detalles del proceso.
En caso de que se detecten necesidades de capital, Dijsselbloem dijo que no habrá un «cheque en blanco». En primer lugar, las entidades con problemas deberán aplicar un porcentaje mínimo de pérdidas a sus accionistas y acreedores. Luego intervendrán los Estados miembros con ayudas públicas y sólo como «último recurso» se podrá acudir al fondo de rescate de la UE (MEDE).
«No quiero especular sobre el tamaño de los problemas que nos encontraremos, pero los afrontaremos», aseguró el jefe del Eurogrupo.
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