Rara donde las haya la jornada europea y no sólo por el Ibex siga comandando las operaciones (que, por cierto, nadie nos sigue). Quien sólo vea el valor del cierre y su variación porcentual podrá pensar que el Ibex ha sido una fiesta y que el resto de índices han tenido una jornada tranquila. En lo primero, sigo con mis discrepancias. Algunos valores del Ibex que ponderan mucho en el índice han sido una fiesta. Otros siguen adelante como pueden o  corrigen los excesos de la víspera. En lo segundo, destacar el mal aspecto que presentó el FTSE londinense durante toda la jornada, el intento del CAC por mantenerse en la línea de solidez de días anteriores  y lo errático del comportamiento del Dax. Por tanto, si miramos desde el prisma del resultado final, las ligeras ganancias de los índices de más allá de los Pirineos pueden hablar de calma tras el rebote de la víspera, pero si miramos la evolución de la sesión, se pueden apreciar nervios.

Y cuando hay nervios todo se deja al azar del dato americano que suele salir a la hora de comer en España. Era el dato de paro semanal y los analistas lo preveían bueno tras los apuntes positivos de la Fed en este apartado. Pero, caprichos del destino, las nuevas peticiones de subsidio de desempleo subieran bastante más de lo aconsejable, cuando se esperaba incluso una caída, y todo se volvió bastante más negro que antes. Cierto es que tampoco llegó la sangre al río, pero fue el dato que terminó de desorientar a un mercado alemán que no pudo enfilar al alza con fuerza tras las subastas de deuda en España e Italia y que terminó enredado en el devenir de los yankees. Mala cosa cuando el Dax no demuestra personalidad.

Dicho todo esto, merece la pena un apartado específico para el Ibex. Señores, se lo digo claro. No me fío ni un pelo. Ójala me equivoque, pero nos van a volver a dar cera en cuanto puedan. Ahora vamos con eso de «se relaja la presión sobre la prima de riesgo», pero nadie se acuerda de la prima de mi vecina, que sigue en paro, o de mi propia vecina, que es funcionaria de la Comunidad de Murcia y está pagando en sus carnes (más bien en su sueldo) el dislate derrochador de dos Gobiernos (el central y el autonómico) durante las supuestas «vacas gordas». No deja de tener gracia que los parlamentarios autonómicos viajen en taxi de Murcia a Cartagena a costa del erario público y en cambio recorten dos veces a los funcionarios, una el Gobierno estatal y otra el autonómico. A eso se le llama en España «repartir esfuerzos» y más pronto que tarde volverá a pasarnos factura, porque así no se resuelve ningún déficit, sólo se ponen parches.

Me explico, recortar los sueldos puede ser necesario, pero es miope. Quien ve recortado su sueldo paga menos impuestos (menos ingresos para el Estado) y gasta menos (menos posibilidad de recuperación de la economía general). Sería mucho mejor que quien va en taxi a Cartagena empezara a usar su coche, consumiría gasolina y llevaría su coche al taller como todo hijo de vecino, así que generaría actividad económica y gastaría menos de nuestros impuestos. Y como eso, casi todo. Hay que empezar a distinguir entre funcionarios (médicos, enfermeras, policías, profesores…) y burócratas chupatintas, paniaguados y puestos a dedo. Puestos a ahorrar, se ahorra mucho más por este lado que por el otro, pero han elegido el otro así que no hay nada que hacer.

Con esta dinámica, cumpliremos el objetivo de déficit, pero a medio plazo no creceremos, ni generaremos empleo y seguiremos siendo el desastre que siempre hemos sido. Y si aún siguen mirando de vez en cuando para nuestro mercado, los gordos arrasarán de nuevo todo lo que encuentren. Vale que todo esto no cotiza en Bolsa ahora mismo, que lo que cotiza es lo inmediato y eso es la deuda y el déficit. Pero en un par de años cotizará, vaya si cotizará. Y con Alemania creciendo ya al 3,6% y nosotros al 0,2% ¿seguiremos esperando el milagro de que alguien quiera invertir aquí?

En fin, que no tenemos remedio aunque el Ibex suba y suba. Curiosamente, en un país donde nada de lo que sube baja jamás, el Ibex es la excepción, siempre termina por bajar y de golpe, así que vayan ustedes con cuidado que esto no ha terminado ni mucho menos y no están las cosas para ir sacando pecho. Y si para muestra vale un botón, comapren las alegrías de nuestro Ibex, que subió otro 2,67%, con el 0,01% que avanzó el Dax, o el 0,44% que bajó el FTSE. Sólo el CAC estuvo en la línea positiva, con un avance del 0,75%.