Ha empezado la feria de presentación de resultados y la primera entidad financiera que ha salido a la pizarra ha sido Banesto. El banco presidido por Antonio Basagoiti, que sustituyó en enero a Ana Patricia Botín cuando ésta se fue a dirigir el Santander en el Reino Unido,  ha hecho un ejercicio de transparencia importante sobre los riesgos inmobiliarios y en construcción que tiene y puede mostrar el camino por el que van a transitar las demás entidades financieras estas semanas.

Al final no se han cumplido los pronósticos que el consejero delegado de la entidad, José García Cantera, hacía en la presentación de resultados del tercer trimestre y el cierre del ejercicio ha sido algo peor de lo esperado por varios motivos, principalmente porque se ha mantenido la guerra del pasivo que ha encarecido los depósitos de clientes ante la dureza de los mercados internacionales, y porque los niveles de provisiones han sido superiores a los calculados anteriormente.

En la presentación de los resultados el consejero delegado ha dedicado especial atención a explicar el riesgo que el banco tiene contraído con el sector inmobiliario y el de la construcción, donde la morosidad alcanza al cierre del ejercicio al 16% del total de los créditos concedidos y que cuenta con unas provisiones del 32% de ese volumen. Banesto, para el conjunto del crédito, ha cerrado con una morosidad general del 4,08%, dos décimas más que en septiembre, pero bastante más baja que la media del sector que estaba en el 5,8%.

Banesto ha tenido que hacer unas provisiones en el conjunto del año de 1.000 millones de euros, 400 millones a provisiones genéricas, que al final del año en balance se han quedado reducidas a 190 millones de euros; una cifra algo mayor a provisiones específicas por deterioro concreto de algunos activos y menos de 100 millones para equilibrar su participación accionarial en Metrovacesa.

A pesar de las cifras, los responsables de Banesto señalaron que, en comparación con las entidades similares, las suyas son mejores y que la evolución de su margen financiero, aunque desciende, ha ampliado la diferencia con la del resto del sector.

El ejercicio actual no se presenta mucho mejor que el 2010, según los responsables de Banesto quienes, no obstante, mantienen un cierto optimismo porque “el año va a ir de menos a más”. En este sentido sus previsiones apuntan a que el crédito total apenas crecerá en 2011 e incluso que puede descender ligeramente mientras que los depósitos aumentarán en torno al 3% o el 4%. Aunque los tipos de interés del Banco Central Europeo seguirán en sus niveles actuales, en el banco esperan que el Euribor siga remontando ligeramente de forma que puedan ir renovando su cartera de créditos a interés variable a unos precios superiores a los actuales y que ello sirva para mejorar algo su margen de intereses que en 2010 bajó más de un 4%.

Si en el lado el activo son moderadamente optimistas por este encarecimiento de los créditos y por la posibilidad de seguir arañando clientes de otras entidades, dada la paralización comercial de buena parte de las cajas de ahorros, en el lado del pasivo no son tan optimistas. En su opinión la ‘guerra del pasivo’ se mantendrá este año porque los mercados mayoristas siguen cerrados para una parte importante de las entidades españolas y eso las va a obligar a forzar al alza las condiciones para captar los depósitos que necesitan para mantener un cierto equilibrio entre activo y pasivo.

Aunque señalan que el proceso de contención de costes se va a mantener, lo cierto es que reconocen que no tienen un plan de reducción de la red de oficinas actual y que solo transformarán las no rentables en agentes colaboradores pero no concretan si tienen un objetivo determinado para este año. Aunque aceptan que los costes salariales no deberían ajustarse solo mediante reducción de plantillas, consideran muy difícil pensar que haya una reducción salarial o una congelación de sueldos en el sector dados los niveles de beneficios alcanzados en los bancos. En todo caso, la retribución del consejo de administración de Banesto, igual que la del Santander, se ha congelado.

Respecto al volumen de provisiones para morosos y fallidos que pueden tener que realizar en 2011, el consejero delegado de Banesto señaló que será importante, aunque confía en que sea inferior a los 1.000 millones de euros de este año. Como quiera que la provisión genérica se ha quedado reducida al mínimo, 190 millones de euros, todas las provisiones que deba hacer Banesto en 2011 deberán contabilizarse contra la cuenta de resultados directamente.

En estas condiciones, y a pesar del optimismo del consejero delegado, parece difícil que en este ejercicio Banesto pueda repetir su beneficio neto de 460 millones de euros alcanzado en 2010. Por eso el presidente de la entidad se limitó a decir que “vamos a tratar de acercarnos a él” en lugar de asegurar que lo alcanzaría o lo superaría.

Basagoiti afirmó que Banesto no está en venta ni se contempla su plena integración en el Santander porque “el grupo lo considera estratégico” como entidad independiente. El presidente dijo que están alerta ante las oportunidades de crecimiento no orgánico que puedan surgir en el futuro, especialmente en lo que se refiere a las necesidades de capital privado que van a tener las cajas de ahorros para alcanzar los requisitos de capitalización que se van a pedir, pero tanto él como el consejero delegado señalaron que esos procesos duran varios años y que no creen que en el futuro inmediato vayan a materializarse. “En el corto plazo”, dijo el consejero delegado, “nuestro objetivo es conseguir un importante crecimiento orgánico” y recordó que en 2010 el crédito a empresas  medianas y grandes ha crecido en Banesto más del 3% y que han conseguido que 120.000 clientes particulares domiciliaran sus nóminas con lo que esa decisión tiene de vinculación con la entidad.