El Gobierno ha hecho un ‘gesto’ a los sindicatos y ha propuesto ‘endurecer’ el despido objetivo de 20 días por año trabajado por causas económicas en el marco del desarrollo reglamentario de la reforma laboral.  Esta posibilidad de cambio se encuentra en un borrador enviado por el Ejecutivo a los sindicatos para el desarrollo reglamentario de cómo serán a partir de ahora los expedientes de regulación de empleo (ERE), de los que tanto abuso se ha hecho de ellos durante la crisis.

Es de esperar que este tema se trate este viernes en la reunión prevista entre el Gobierno y los sindicatos, para continuar buscando algún tipo de coincidencia en la reforma de las pensiones.

Del último encuentro se desprendió que el Gobierno ha propuesto a los agentes sociales, ya hay contactos con los empresarios para que se sumen a las reuniones que hasta ahora mantenía tan sólo con los sindicatos, a fin de buscar acuerdos de mayor calado en todos los ámbitos pendientes.

Por este motivo, el desarrollo reglamentario de muchos de los puntos conflictivos de la reforma laboral podría suavizar el rechazo frontal mantenido por UGT y CC.OO.. Tanto es así, que el secretario general de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, ya ha descartado la convocatoria de huelga general para el presente mes de enero, pese a que el 28 de este mes el Gobierno presentará su propuesta de reforma de las pensiones, con la propuesta de elevar la edad de jubilación a los 67 años.

En el borrador entregado por el Ejecutivo a los sindicatos sobre los ERE, se plantea que las empresas sólo puedan acogerse al despido objetivo por causas económicas (de indemnización de 20 días por año) si demuestran que las pérdidas económicas previstas no van a ser sólo coyunturales, según fuentes gubernamentales. Esto es, no se aceptará ningún despido colectivo alegando dificultades económicas temporales.

Esta aclaración puede entenderse como un «guiño» del Gobierno a las centrales sindicales, con el fin de ampliar los ámbitos de negociación, ahora centrados solo en la reforma de las pensiones.

La reforma laboral aprobada por el Gobierno en junio del pasado año, se considera que concurren causas económicas cuando de los resultados de la empresa «se desprende una situación económica negativa, en casos tales como la existencia de pérdidas actuales o previstas, o la disminución persistente de su nivel de ingresos, que puedan afectar a su viabilidad o a su capacidad de mantener el volumen de empleo». El borrador del Ejecutivo ahora aclara que si esta situación es temporal, la empresa no podrá presentar ERE con despidos objetivos e indeminización de 20 días por año trabajado.

Precisamente, el texto inicial sobre el despido objetivo sembró el enfado entre los sindicatos que no aceptaban las denominadas «pérdidas actuales o previstas» por entender que dicha definición iba a convertirse en un «coladero» para que las empresas se acogieran a despidos de 20 días. Mientras, el Gobierno se justificaba asegurando que debería ser un juez el que determinara si la empresa cumplía o no esa condición.

En el borrador enviado esta semana a las centrales sindicales el Gobierno ofrece la posibilidad de cambiar esta polémica definición con el objetivo de que haya un mayor control sobre las empresas que se acogen a expedientes de regulación de empleo de extinción alegando pérdidas económicas.

Por tanto, el Ejecutivo deja ahora la «pelota» en el tejado de los sindicatos que deberán decir si aceptan este posibilidad. Este viernes tal vez sea la primera oportunidad para que los sindicatos den al Gobierno una respuesta sobre este tema. Ni que decir tiene, que también los empresarios deberán dar su opinión y no parece que les vaya a satisfacer mucho la nueva propuesta.

Como aseguró la secretatia de Estado de Empleo, María Luz Rodríguez, a «diarioabierto.es», pese a que la reforma está aprobada «hay muy campo de juego» para desarrollarla.