Acaba un año negro para el empleo.  Un año duro para la economía y la sociedad española.  Un año más en la ya larga crisis económica que vivimos desde mediados de 2007.  Una crisis iniciada en el mundo financiero al explotar en pedazos la burbuja especulativa creada en torno al suelo, la vivienda y la financiación de operaciones inmobiliarias.

La riqueza milagrosa de muchos países como Estados Unidos, España o Irlanda tenían mucho que ver con la compra de suelo, construcción, venta de viviendas a precios cada vez más altos, financiadas con créditos que los analistas financieros, las agencias de calificación, los bancos y hasta los gobiernos consideraban absolutamente fiables y que se revelaron auténtica basura financiera.

En países como España el motor de la construcción, el alto consumo y el endeudamiento han sufrido brutalmente los efectos de la crisis.

La compraventa de viviendas sigue cayendo.  En Madrid, los últimos datos de Diciembre de 2010, dan cuenta de una caída del 24,6 por ciento en la venta de viviendas.  De las 3.318 viviendas vendidas, el 54 por ciento son usadas y el 46 por ciento nuevas.  Tan sólo el 13,6 por ciento del total son viviendas nuevas protegidas.

Unos datos que se corresponden con el del número de hipotecas constituidas y el importe medio de dichas hipotecas.  En octubre de 2009 el número de hipotecas constituidas caía un -11 por ciento en Madrid y el capital medio hipotecado caía un  -50,9 por ciento, situándose en 184.000 euros.  En el mismo mes de 2010 el número de hipotecas ha vuelto a caer un -26,4 por ciento y el importe medio de las mismas lo ha hecho un -11,8 por ciento con respecto a 2009.  Esto en el total de fincas hipotecadas.  Cuando hablamos de viviendas, la caída en el número de hipotecas es de un -17 por ciento mientras que el capital hipotecado retrocede un -25 por ciento.

La hipoteca media se sitúa por debajo de los 130.000 euros.  Casi un 10 por ciento menos que el año anterior y un 16 por ciento por encima de la media nacional de 111.000 euros.

Caen las ventas y caen las hipotecas.  Sin embargo, el precio de la vivienda en Madrid, que había caído un -11 por ciento en términos anuales, en el tercer trimestre de 2009, repunta en Madrid un 3,6 por ciento, en la vivienda nueva y cae un -1 por ciento en la vivienda de segunda mano, rompiendo la tendencia de caída nacional del -2,2 por ciento.

Factores como el final de las desgravaciones fiscales, al acabar 2010 y el alto número de viviendas en manos de los bancos, que no pueden bajar los precios sin producir problemas en sus cuentas de beneficios, determinan una situación, que aún tendrá que ajustarse en 2011.

Ante una situación como la descrita resulta poco entendible que los Presupuestos Regionales se reduzcan un -23 por ciento, limitándose a 484 millones de euros, con una pérdida de 143 millones con respecto a 2010.  La caída en Vivienda y Rehabilitación es del 43,3 por ciento.  Las subvenciones a vivienda con protección pública se reducen un -15 por ciento y las subvenciones para comprar vivienda retroceden casi un -50 por ciento.  Lejos quedan las promesas de construir 100.000 viviendas en esta legislatura, realizadas por Esperanza Aguirre.

Sin embargo, ahora es cuando habría que promover un Pacto Regional por el suelo y la vivienda que permitiera acabar con la especulación inmobiliaria, dar salida al alto número de viviendas no vendidas, facilitando el acceso a la vivienda en régimen de alquiler, promoviendo políticas públicas para la venta y alquiler de vivienda con protección pública a precios razonables.  De no hacerlo así la situación de la vivienda y la construcción, seguirá retrasando y lastrando la salida de la crisis.  Las consecuencias sobre el empleo y las rentas de los ciudadanos y ciudadanas madrileños, serán largas y duras.  No se trata de proteger a los especuladores, sino de salvar el empleo y facilitar el cumplimiento de un derecho constitucional como lo es el de acceder a una vivienda digna.