Hay comparaciones que, lejos de ser odiosas, son harto ilustrativas. En España estamos en plena guerra de cifras sobre el dinero destinado al rescate de la banca, porque el debate sobre si se va recuperar tiene escaso recorrido, como reconocen en el PP. Mientras, en Estados Unidos, la Casa Blanca ha hecho público el informe “La crisis financiera: cinco años más tarde”, elaborado por la oficina del presidente Barack Obama.

La quiebra del todopoderoso banco de inversión Lehman Brothers, que se produjo el 15 de septiembre de hace cinco años, marcó el momento álgido de la crisis financiera internacional desatada en el verano de 2007 por el inusitado contagio a los mercados del desplome de las hipotecas subprime en Estados Unidos. El informe, lógicamente, destaca los logros de la gestión implantada por el equipo de Obama, poniendo especial énfasis en que EEUU ha ganado 20.925 millones de euros en el rescate a la banca.

Pese a las reticencias iniciales para rescatar a la banca, EUU ha recuperado hasta la fecha 273.000 millones de dólares (204.020 millones de euros) de la inversión realizada, lo que supone 28.000 millones de dólares (20.925 millones de euros) más que los 245.000 millones de dólares (183.105 millones de euros) que inyectó.

En su conjunto, el TARP, el programa de recompra de activos tóxicos lanzado por EEUU para afrontar la crisis, ha recuperado hasta la fecha 422.000 millones de dólares (315.389 millones de euros), 1.000 millones de dólares (747 millones de euros) más de lo inyectado.

En el rescate de la entonces mayor aseguradora del mundo AIG, entrampada en las coberturas por incumplimiento de las emisiones o CDS, se ha cumplido el compromiso de devolver cada dólar que los contribuyentes norteamericanos invirtieron en ella. La aseguradora ya que ha entregado al Tesoro 205.000 millones de dólares, lo que supone unas ganancias de 22.700 millones sobre el importe del rescate (180.000 millones de dólares en septiembre de 2008).

Sistema sesgado hacia los ricos

El informe justifica estos resultados en que Obama tomó medidas en Wall Street, acabando con los rescates a cargo de los contribuyentes, creando normas más duras para acabar con las «peores prácticas» de las entidades financieras, y estableciendo una mejor protección de los consumidores. Además, las pruebas de resistencia (‘stress test’) han recuperado la confianza en la banca.

El informe también asegura que el presidente norteamericano actuó con rapidez para rescatar a la industria del automóvil, bajar los impuestos a las clases medias, mantener el número de profesores, y para cambiar el sistema fiscal, que estaba «demasiado sesgado a favor de los ricos«, además de mejorar el sistema sanitario y hacerlo accesible a todas las personas que viven en Estados Unidos.

La Casa Blanca destaca que cinco años después del inicio de la crisis, Estados Unidos ha luchado por resurgir, y gracias a las decisiones «difíciles» que se han adoptado,  las empresas han creado 7,5 millones de empleos. “Gracias a la determinación y la resistencia de los ciudadanos estadounidenses, hemos limpiado los escombros de la crisis financiera y hemos comenzado a sentar nuevas bases para un crecimiento económico más fuerte y más duradero«, señala el informe.

Obama afirma que “la economía estadounidense aún no está donde debe estar”, y que los problemas no se crearon «de la noche a la mañana, por lo que no se pueden resolver de la noche a la mañana«. «Es por ello que necesitamos mantener la construcción de estas bases, centrándonos en los pilares de una vida segura y sólida para la clase media: un buen empleo, una educación de calidad, una vivienda propia y sistema sanitario asequible cuando se necesario y una pensión segura«, subraya.