El nuevo presidente de Pescanova, José Manuel Urgoiti, parece haber asumido el cargo en la multinacional pesquera con la fuerza y conocimiento que le ha dado su larga experiencia en el alto staff de la banca. Ante la reunión que hoy, miércoles 18 de septiembre, mantiene con los bancos acreedores, Urgoiti ha reiterado que, sin una quita del entorno del 75% de la deuda que asciende a 3.640 millones de euros, la compañía entraría en proceso de liquidación, escenario que, a su juicio, es perjudicial para todos. Pero no lo tiene fácil, ya que los principales acreedores -Sabadell, Bankia, Popular, Caixabank, Novagalicia, BBVA y Santander- prefieren capitalizar deuda sin quitas, lo que les convertiría en los primeros accionistas de la pesquera. O admitir, como tope, una reducción del endeudamiento del 50%.

La reunión, a la que asisten los representantes de Deloitte, administrador concursal de la compañia, no es previsible que suponga un avance para limar las diferencias que separan a acreedores y compañía, aunque éste última esgrime un argumento difícil de rebatir: la carga financiera que supera los 170 millones de euros no puede ser asumida con los actuales ingresos del grupo. La venta de activos es otro tema que se plantea, pero aquí sí existe posiciones más próximas, ya que se quiere evitar la desinversión de las filiales y propiedades clave del grupo. Posiblemente hay otra carta en la manga, que sería positiva para ambas partes, y es el posible interés de algunos grupos para entrar en el capital de la multinacional gallega, aunque el perfil sea el de una empresa extranjera de la competencia, como la alemana Dr. Oatker.

No obstante, si la banca toma la mayoría del capital de la pesquera, la capacidad de los principales accionistas de Pescanovaque se han hecho con con el consejo, como la cervecera Damm, para imponer sus opiniones perdería puntos. Se trata, por tanto, de una batalla de más calado que la asunción de la banca española de porcentajes de quitas de la deuda.

Y si esa es la posición de partida de los bancos del antiguo steering committee, que aportaron un crédito puente de 50 millones de euros a la pesquera, la del resto de entidades acreedoras, que suman cerca de 500, está más dispersa, y en decenas de casos se trata de bancos, fondos u organismos que no están ubicados en España.