Si este verano no ha podido viajar lo suficiente a la playa y desea despedir la temporada al borde del mar, aproveche su próxima escapada otoñal para relajarse en uno de los destinos más paradisíacos del Mediterráneo: Menorca.

Sin el agobio propio de los meses de verano se puede gozar sin prisas de los más bellos rincones de la isla.  Si se aloja en el hotel Barceló Hamilton Menorca podrá vivir esta experiencia con los cinco sentidos. Se trata de un establecimiento de cinco estrellas sólo para adultos; una modalidad que cada vez solicitan más parejas y singles.

Con la vista: El Barceló Hamilton Menorca tiene una privilegiada ubicación sobre unos preciosos acantilados que dan a la bocana del puerto de Mahón. Desde la terraza dónde se sirven los desayunos, desde muchas de sus habitaciones y, sobre todo, desde su terraza azotea, se podrá disfruta de una de las vistas más espectaculares de la entrada a la capital menorquina.

Con el gusto: Uno de los aspectos más valorados de Menorca es su gastronomía, que combina influencias propias del Mediterráneo, pero también de los distintos moradores que la han habitado a lo largo de los siglos, especialmente franceses e ingleses. Por eso esa huella impregna tanto la carta del restaurante Sa Cova, construido a pie de paseo marítimo utilizando una de las tradicionales cuevas que jalonan el puerto de Mahón, como la del restaurante Sa Casa, erigido sobre una antigua casa colonial. Entre los platos que podrá degustar en ellos figura la estrella gastronómica de la isla, que no podía ser otra que la langosta, pero también otras especialidades autóctonas como la pierna de cordero rellena de sobrasada y miel, el rissotto a la menorquina, o creaciones originales como el caballito de mar con alioli de lima, entre muchos otros.

Con el tacto: Cualquier escapada que se precie merece dedicar un poco de tiempo al cuidado del cuerpo. En el U Wellness podrá dejarse mimar, solo o en pareja, y descubrir algunos de sus tratamientos. Si desea seguir conociendo otros secretos de Menorca es recomendable el ritual “Menorca Wine Experience”, que se realiza con productos elaborados con uno de los vinos más conocidos de la isla, los de la Bodega Binifadet. El tratamiento, que destaca por sus propiedades antioxidantes, incluye una exfoliación de cuerpo y un masaje corporal y facial.

Con el olfato: Otro de los productos más conocidos de Menorca es su ginebra. Traída en su día por los ingleses, hoy se ha convertido en un producto de referencia de la cultura menorquina, algo que se ha consolidado aún más desde que el Gin se ha posicionado como la bebida de moda. Por eso este producto es el protagonista tanto de la carta del Sky Bar que abre todas las noches en la azotea del hotel, como de Sa Caseta, un agradable local ubicado junto a la piscina del hotel. En ellos podrá catar algunas de las mejores ginebras locales, nacionales e internacionales. Desde el famoso Gin Xoriguer menorquín, pasando por las británicas Bombay Sapphire, Martin Miller’s, Tanqueray nº ten o Mombasa, hasta la francesa Citadelle o la norteamericana Nº 209, entre otras.

Con el oído: Esta experiencia será la más fácil y, a la vez, la más difícil, ya que no dependerá de la voluntad de la madre naturaleza. En 1993 Menorca fue declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en reconocimiento a su gran riqueza natural. Por eso uno de los grandes placeres al visitar la isla es olvidarse de todo y sentir la fuerza que emana de todo su ser. Escuchar el soplido de la Tramontana cuando despierta a su costa, el canto de las miles de aves que atraviesan sus tierras o el rugido de las olas rompiendo en los acantilados.  Los más atrevidos, incluso, podrán emular a Rodrigo y a Jimena, los protagonistas de Pecados que cometimos en cinco islas en el Faro de Cavallería durante una noche mítica de tormenta y Tramontana…