Un aumento del 10% en el pago con tarjetas eleva 1,7 puntos el PIB

20/09/2013

Miguel Ángel Valero. El Instituto de Estudios Económicos exige introducir los medios electrónicos en las Administraciones Públicas

España es uno de los países del mundo con más terminales punto de venta (TPV) en los comercios, pero también es el que registra un uso de tarjetas y otros medios de pago electrónicos más bajo. “Francia tiene el mismo número de tarjetas que España, pero el volumen de pago con ellas se multiplica por cuatro”, señala Carmen Carnero, director general adjunta de Servired, en la presentación del trabajo “Pagos electrónicos. Costes y beneficios de la sustitución del efectivo por tarjetas”, realizado por Marta Otero, Manuel Sánchez Fernández y Pablo Almagro, expertos del Instituto de Estudios Económicos.

El estudio muestra que un incremento del 10% en las tarjetas reduciría el 5% la economía sumergida, subraya Joaquín Trigo, director general del Instituto de Estudios Económicos. El valor del dinero en efectivo en Estados Unidos supone el 1,5% del PIB, mientras en Europa es el 6,5%. En EEUU los medios electrónicos acaparan el 40% de los pagos, el doble que en Europa, donde la economía sumergida duplica a la existente en allí.

Si los niveles de efectivo en Europa se aproximarán a los de EEUU, lo que implica una reducción del 50%, el ahorro de costes oscilaría entre los 20.000 millones de euros y los 23.000 millones en la zona euro, y se situaría en los 3.000 millones en España.

Pascual Fernández, director del Centro de Estudios de Economía de Madrid, resalta que un crecimiento del 10% en el uso de las tarjetas genera 1,7 puntos más de PIB. España es, tras Italia, Polonia y Grecia, el país europeo con más efectivo, cuando “es el medio de pago más costoso”. “El consumidor español no percibe las ventajas de pagar con tarjeta, quizás faltan incentivos”, señala.

Este experto reconoce que las tasas de descuento (lo que paga el comercio al banco por los pagos con tarjetas) se ha reducido el 60%, pero subraya que ése es precisamente el porcentaje de crecimiento de las comisiones anuales que aplican las entidades a los titulares de tarjetas.

 

Futuro digital

El futuro del dinero es, simplemente, convertirse en digital”, señala el estudio, que reconoce, no obstante, que “algunos agentes son bastante reacios a sustituir un canal conocido por otro desconocido si las ventajas no son evidentes”. La consecuencia es que el efectivo, pese a sus elevados costes (producción, distribución, destrucción, de oportunidad, mayores riesgos, el tipo de interés que deja de cobrarse al mantenerse en liquidez, entre otros), sigue siendo el medio de pago más utilizado en el eurozona y en España.

Todos los medios de pago generan un coste equivalente al 1% del PIB europeo. El efectivo es el más costoso: entre el 0,5% y el 0,6%. En España, el 78% de las transacciones se realizan mediante pago en efectivo.

Para fomentar los pagos electrónicos, el Instituto de Estudios Económicos propone más incentivos a los comercios, campañas informativas que muestren los costes y los beneficios de cada sistema. También, “un marco regulatorio óptimo para bancos, operadores de tarjetas, comerciantes y consumidores”.

Y para “mejorar la transparencia y efectividad de la contabilidad pública”, exige introducir más medios de pago electrónicos en la Administraciones Públicos, extender los descuentos en tributos, multas y sanciones a los abonados con tarjetas, incorporar terminales para las transacciones de bajo importe, y utilizar las tarjetas prepago para el abono de prestaciones públicas.

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