De no pasar nada extraño durante el fin de semana, ya verán ustedes el lunes lo que es un mercado a la carrera. La vuelta del Dax en el día es de las de libro y el FTSE ha apuntado la misma figura aunque no haya tenido tiempo de completarla.

Curiosamente, al mercado le ha pesado durante dos días un hecho peculiar: el máximo de dos años del FTSE sin que el Dax llegara a la misma cota. Se ha producido un desajuste que ha llevado al mercado londinense a rebajar sus pretensiones alcistas y al alemán a intentar a toda costa no perder pie, pero al cierre de hoy el retroceso británico debe haber sido suficiente como para que los dos grandes mercados europeos «sincronicen sus relojes».

Por lo que se refiere a nuestro selectivo, clama. No van a ser todos los días de subidas desmesuradas y de vez en cuendo se impone la mesura. Y contrariamente a lo habitual hubo ayer un rasgo que me gustó del Ibex: intentó recortar pausadamente y durante buena parte de la sesión estuvo en pérdidas contenidas, lo que después de los subidones precedentes viene bien para asentar las cotizaciones y restar algo de volatilidad.

Al cierre, el Ibex marcaba una subida de un 0,14%, ligeramente mejor que la centésima porcentual que avanzó el Dax, pero peor que el 0,21% que gabnó el CAC. El FTSE no llegó a tiempo de darse la vuelta y cerró con pérdidas de un 0,36%.