El aumento de la participación de Telefónica en Telco, la sociedad instrumental que es el primer accionista de Telecom Italia, se ha diseñado con esmero para evitar, desde el principio, despertar los recelos de las autoridades de la competencia de Brasil. Allí, la sociedad que preside César Alierta cuenta con Vivo, una de la joyas del grupo, mientras que la operadora italiana tiene TIM. Y ambas filiales son actores relevantes en el área de la telefonía móvil, las dos primeras del mercado.

El acuerdo alcanzado por Telefónica con los socios en Telco, entre ellos el banco Sanpaolo, para permitir que Telecom supere el bache en el que está anclada, establece que el aumento de la participación en el capital no se corresponderá en el tiempo con un incremento de los derechos políticos. No obstante, a partir del 1 de enero de 2014, la situación podrá ser muy diferente y ni siquiera se descarta que Telco se disuelva, lo que le daría a la empresa española los derechos directos sobre más del 22,5% del antiguo monopolio transalpino.

En este contexto, los reguladores brasileños han advertido que no permitirán que Telefónica controle TIM y al mismo tiempo Vivo (28% de cuota), que está integrada en el grupo español desde 2010 y es uno de los motores de sus resultados. El ministro de Comunicaciones de Brasil, Paulo Bernardo, ha afirmado que podría exigir la venta de una de las operadoras de móviles si Telefónica se hace con el control de la italiana. La británica Vodafone y la estadounidense AT&T se decantan como posibles compradores, así como la portuguesa PT.

Es una postura que había sido adelantada por el regulador del mercado Anatel, que ha recordado que la legislación brasileña no permite que un mismo grupo cuente con dos concesiones. El tema se añade a los rumores ya existentes sobre la venta de TIM, que es analizada por los analistas del sector.  En esta línea, Brasil advierte que Telefónica no podrá controlar la dos filiales de móviles, mientras que el presidente de la italiana, Franco Bernabe, ha manifestado este miércoles que Telecom no tiene intención de vender sus filiales en Brasil y Argentina porque tendría un nefasto impacto en sus cuentas.

Pero ese no es el único frente abierto para Telefónica en Italia, pese a que intenta que los pasos que dé no se interpreten como un intento de hacerse con el control de Telecom. Y es que pese a que la italiana sume una deuda cercana a los 30.000 millones de euros y a que a los accionistas institucionales intentaban huir del capital de Telco, el movimiento de Telefónica ha sido recibido con cierto recelo en algunos medios del país. Una borrasca que no llegará a más, según medios consultados, ya que el Ejecutivo de Roma es consciente de la situación de Telecom y de la prima pagada por la española para elevar su presencia en Telco. Con este acuerdo Telefónica además ha evitado la incursión de algunos posibles inversores menos deseados, como el magnate mexicano Carlos Slim.