Los enemigos de los pensionistas son tres: el FMI, la CE y la OCDE

01/10/2013

Luis Díez.

Con una sinceridad forzada por las críticas de la oposición del centro-izquierda, la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, de cuya oratoria non volo calentare cascos, identificó a los enemigos de los jubilados y pensionistas ante la Comisión del Pacto de Toledo. Son los siguientes: el Fondo Monetario Internacional, la OCDE u Organización para la Cooperación y el Desarrollo, y la Comisión Europea, que nos queda más a mano, y de la que sabemos que está presidida por el anfitrión de las Azores, Durao Barroso, con el político también ibérico y fracasado, Joaquín Almunia de vicepresidente. Según la ministra, no importa tanto el informe negativo y unánime de la patronal y los sindicatos españoles representados en el Consejo Económico y Social (CES) sobre la aplicación de un “factor de sostenibilidad” que el Gobierno ha decidido aplicar sin diálogo ni concierto, cuanto el apoyo de los antedichos organismos multinacionales. O dicho de otro modo, para que se enteren los jubilados con sonotone y sin él: que les han globalizado la pensión.

La comparecencia parlamentaria de la ministra de lo que no hay (empleo) se registró el martes 1 de octubre, ni en tiempo ni en forma, como le reprochó el portavoz de Izquierda Plural, Joan Coscubiela, habida cuenta de que tres días antes el Ejecutivo había decidido administrar la purga a los pensionistas y el día anterior la había presentado en el Congreso el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, con gran alarde de jeroglíficos, llamados códigos bidi, que a miles de pensionistas les sonarán a chino, pero si les haces una foto (a los jeroglíficos) con un teléfono móvil que tenga acceso a Internet, te abren la puerta de la página del Ministerio de Hacienda para ver el Presupuesto de 2014. Es lo que se llama la “sociedad del conocimiento” y de las TIC o tecnologías de la información y la comunicación, por si no lo sabías, abuelo.

Sobre el contenido, de poco sirvió la apasionada argumentación de Valeriano Gómez sobre el mal camino elegido por el Gobierno para sostener el sistema reduciendo las pensiones sin ampliar las bases de cotización y las fuentes de financiación. Con un aumento del gasto y un déficit del 10% en los dos últimos años frente al 0,6% (700 millones de euros) de 2011, la hucha de las pensiones habrá desaparecido en un lustro, pronosticó el diputado y exministro socialista. “Ustedes no dan una a derechas, son incompetentes, aunque se comportan como una derecha dura”, añadió. Otras argumentaciones no menos sensatas nos regalaron Alvaro Anchuelo, de UPyD; Sabino Cuadra, de Amaiur y Carles Campuzano de CiU, si bien, como dijo el que dijo, a voluntad determinada excusado es consejo. Y como añadió Coscubiela parafraseando a Llamazares, “esto más que el Pacto de Toledo es la sala de atropellos”.

No hace falta ser muy listo para examinar la herida. Si el crecimiento de los precios y la inflación prevista por el Gobierno en el Presupuesto de 2014 se sitúa en el 1,5% y las pensiones no podrán subir más del 0,25%, los pensionistas verán reducido el valor de su paga un 1,25% el año que viene. ¿Es eso mucho dinero? Si tomamos la pensión media y consideramos las subidas del gas, la luz, el IVA de los productos sanitarios básicos al 21% y el repago de los medicamentos, es una lana, sin duda.  La pensión media contributiva esta en 981,92 euros, que por 14 pagas, son 13.746,88 euros al año. La revalorización conforme a la inflación estimada por el Gobierno –el BCE dice que será del 2%– tendría que ser de 171,83 euros al año pero va a ser de 34,36. Se dirá que 137,47 euros no van a ninguna parte.

Pero la cosa no queda en 2014, ya que la reforma del PP es intrínsicamente despiadada y estable ese 0,25% de subida máxima en tanto el sistema no vuelva a tener superávit, lo que con las reducciones salariales, los contratos temporales y una tasa de paro superior al 20% de la población activa, no ocurrirá en muchos años. De este modo, si tomamos esa pérdida de poder adquisitivo anual de 137,47 euros y la proyectamos hasta 2020 nos encontramos con que esa pensión media de 981,92 euros mensuales habrá visto reducida su capacidad adquisitiva en 824,76 euros. Esa es la realidad contante y sonante. Y esa realidad que convierte a millones de trabajadores en escuálidos rocinantes e invita a los que tienen trabajo y salarios aceptables a hacerse su fondo de pensión, es el caballo de Troya de la destrucción del sistema. “Yo quiero ver los estudios, no hay que sembrar confusión”, decía la ministra Bañez en su réplica a los portavoces, como si además de ministra fuese defectiva de entendimiento. Y eso sí que no me lo creo.

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