Ha tenido que verlas en los lineales de los supermercados, en la sección de dulces.  Son esas tortas de aceite envueltas en un papel muy fino y que parecen decirnos, como en el libro de Alicia en el País de las Maravillas, “cómeme”. Esas tortas las lleva haciendo desde 1910 la empresa andaluza Inés Rosales. Las empezó a fabricar Inés Rosales en Castilleja de la Cuesta, un pequeño pueblo de Sevilla, quien las hacía en su casa y salía a venderlas a la calle. Pronto, la demanda fue tal que tuvo que pedir ayuda a las otras mujeres del pueblo.

Hoy, las tortas se siguen haciendo a mano, también por mujeres, utilizando la misma receta que usó Inés y que incluye aceite de oliva virgen, cereales y especias. Aunque la más vendida es la original, la empresa, que marida tradición con tecnología en el proceso de producción, ha innovado en el producto y cuentan con otras como las Tortas con naranja, canela, almendra, tomillo… incluso saladas y sin azúcar, para hacer felices a todos los consumidores.

La compañía, en la que trabajan 140 personas, cuenta con aproximadamente 10.000 puntos de venta en España. Además, venden en EEUU, Canadá, Francia, Finlandia, Sudáfrica, Emiratos Árabes, Japón, etc. Las exportaciones representan el 18% de la facturación total. ¿Cómo se han ido dando a conocer fuera? “Mediante ferias, misiones comerciales directas, medios de comunicación, listados Icex, boca a boca…”, explica Antonio Boza, director de Exportación. Su éxito fuera de nuestras fronteras es tal que el presidente de Starbucks es cliente: “E incluso, las lleva en su jet”, cuenta. También es fan suyo Lorenzo Milá y Santiago Segura aseguró en una entrevista que comía sus tortas de aceite como régimen especial para la película Torrente.

Inés Rosales produce 12 millones de envases de tortas al año, y 1.000 toneladas de otros dulces típicos andaluces. La facturación fue de 15 millones de euros en 2012.