Desde hace ya varios años, el Instituto de Cultura de la Fundación Mapfre tiene en marcha el proyecto “América Latina en la Historia Contemporánea”, con cinco volúmenes por país (más España, Portugal, Francia o Estados Unidos, que desempeñaron un papel fundamental para la configuración de la entidad nacional de cada uno de ellos). El ambicioso proyecto editorial culmina con un volumen dedicado a la historia de cada nación latinoamericana a través de la fotografía, y la correspondiente exposición. Ya se han celebrado, y con notable éxito, las de Argentina, Chile, Colombia, Brasil y México.

Ahora le toca a España, en una muestra de fotografía, pintura y moda que estará en la Sala Recoletos de Madrid hasta el 6 de enero de 2014. La exposición comienza con el primer daguerrotipo realizado en España (1839) y finaliza con la proyección de 200 imágenes representativas de la actualidad de los últimos diez años, en una selección realizada por la agencia EFE.

Entre medias, fotografías que muestran, no sólo lo que pasó, sino cómo eran los españoles en los siglos XIX y XX, y cómo hemos evolucionado (para bien y para mal). También, pinturas, en un interesantísimo diálogo con la fotografía para revelar cómo se ha ido construyendo y modificando el imaginario de la sociedad español. Y moda, con una treintena de piezas que enseñan cómo la mujer ha ido evolucionando, pero sobre todo la extraordinaria sintonía entre los vestidos y los cambios sociales experimentados en España.

Hay que reconocer a la Fundación Mapfre y a los comisarios de la exposición: Pablo Jiménez Burillo, director general del Instituto de Cultura (general), Alejandro Castellote (fotografía) y Amalia Descalzo (moda), el valor que tiene la selección. No es precisamente fácil montar una exposición de estas características. Cada persona que entre en la Sala Recoletos pondría unas fotografías y quitaría otras, en función de sus gustos estéticos y de sus posiciones ideológicas.

Pero pese a que toda selección implica discriminación, la muestra “España contemporánea. Fotografía, pintura y moda” tiene el gran mérito de pretender abarcar y hacer convivir todos los puntos de vista, de proponer una visión dinámica y plural de lo que ha sucedido en este país, que puede ayudar a entender lo que va a pasar, cómo será el futuro.

Y, al mismo tiempo, la exposición proporciona imágenes, secuencias, mensajes que invita a cada uno a encontrar su propia y particular manera de mirar y de entender la historia contemporánea de España.

 

Nueve salas

Son nueve salas, por orden de antigüedad. La primera, con daguerrotipos, calotipos y colodiones, y trajes de la burguesía. La segunda, la España de Isabel II, la imagen romántica y los tópicos (toreros, flamencas, gitanos, y escenas orientalistas que recuerdan la ascendencia morisca). La tercera, los años finales del siglo XIX, que empiezan a liberar a la mujer del constreñimiento del corsé. La cuarta, los primeros pasos del siglo XX, que generan transformaciones sociales, infraestructuras eléctricas y urbanas, mostrados por una fotografía pictoralista.

La sala 5, los años 20, en los que aparecen las dos Españas tan brillantemente dibujadas por Antonio Machado: la campesina y supersticiosa, y la burguesa y modernizadora. La sala 6, la guerra civil, el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, con la dolorosa fractura de una España destruida y dividida. Después, la España en blanco y negro del No-Do. En la sala 8, los años 60, España entra en el color, gracias al turismo, la televisión, el consumo, la minifalda y los vaqueros, y dos montajes audiovisuales: uno, de anuncios (seleccionados por la Cámara de Comercio), y otro, de los programas de televisión más representativos de entonces.

Para terminar, la sala 9, la transición, la integración de España en Europa y en el euro, y el más prolongado ciclo de crecimiento y modernización de la historia.