Reforma para peor

17/01/2011

Rodolfo Serrano.

Parece, como era previsible, que la reforma de las pensiones no tiene vuelta atrás. Y se dice que la reforma lo que hará es mejorar y garantizar nuestro sistema público de protección. Que me expliquen cómo.

Objetivamente, con la excusa de que el sistema no entre en déficit, lo que se hace es endurecer los requisitos para cobrar la prestación. Endurecimiento que, irremediablemente, lleva a una merma en la pensión a percibir.

Es decir; que si se aumenta el cómputo de cálculo de los 15 actuales a los 25 que se propone, a nadie se le escapa que la cantidad resultante será menor, por algo tan elemental como que una carrera profesional se consolida y llega a su máximo según avanza la vida laboral. Y, en consecuencia, se cotiza menos al principio de la carrera profesional que al final, cuando se supone que ha alcanzado su cénit laboral.

Si, además, se exige un periodo de vida laboral mínimo para cobrar la pensión completa (se esta hablando entre 37 y 39 años), eso supondrá que quien no llegue a ese número de años cotizados, cobrará menos. La situación en este caso se agrava en épocas como ésta en que el paro aumenta.

¿Qué chaval recién salido de la facultad tiene garantizado trabajar 37 años o 39 años en el mercado laboral actual o, incluso, futuro? Más claro, si un recién licenciado no consigue empleo hasta los 28 años, y a lo largo de su vida se queda tres años en paro, ni jubilándose a los 67 años podría cobrar la pensión completa.

No sé por ello qué se entiende con mejorar el sistema. No cabe duda de que el lenguaje político es distinto al de la calle. Hay proyecciones que estiman que hasta el 2030 la Seguridad Social no entrará en déficit. ¿Por qué estas prisas? ¿No hubiera sido mejor sentarse a estudiar nuevas fórmulas que garanticen nuestro sistema de protección social sin perjudicar a los trabajadores, y sin la presión del calendario?

En fin. Como último apunte una cosa más. Es curioso, cuando menos, que los legisladores (diputados y senadores, tengan un régimen especial que les permite cobrar el máximo de pensión con sólo dos legislaturas  como parlamentarios y con el 100 por cien a los 65 años, independientemente de lo que haya durado su vida laboral y lo que cotizaran o no antes de su cargo público. ¿Se reformara también su sistema?

Ay, cuánto cuesta a veces encontrar una poesía que, ante este panorama, no resulte pesimista.

Del buen Manuel Machado, algunos versos que poco tienen que ver con estos temas pero que tienen esa belleza deslumbrante de la poesía

En mi alma, hermana de la tarde, no hay contornos…,
y la rosa simbólica de mi única pasión
es una flor que nace en tierras ignoradas
y que no tiene aroma, ni forma, ni color.

Besos, ¡pero no darlos! Gloria…, ¡la que me deben!
¡Que todo como un aura se venga para mí!
Que las olas me traigan y las olas me lleven,
y que jamás me obliguen el camino a elegir.

¡Ambición!, no la tengo, ¡Amor!, no lo he sentido.
No ardí nunca en un fuego de fe ni gratitud.
Un vago afán de arte tuve… Ya lo he perdido.
Ni el vicio me seduce, ni adoro la virtud.

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