Según el informe un 42% de los españoles siguió viviendo normalmente permitiéndose algún capricho y sólo un 10% gasta abiertamente sin preocuparles la situación económica.
Los datos españoles son muy similares a los ofrecidos por el conjunto de la Unión Europea (UE), donde el ratio de los ciudadanos que sólo pueden afrontar gastos en vivienda, ropa y comida asciende al 52%.
En cambio, en países donde la coyuntura macroeconómica es teóricamente mejor como Francia o Alemania, el porcentaje de ciudadanos que únicamente pueden permitirse el gasto básico es sensiblemente mayor al caso español y a la media europea, al situarse en el 63% y 59% respectivamente.
Obligados a recortar
Por otra parte, el 71% de los españoles consultados no puede afrontar una subida de precios en los alimentos sin descuidar otras partidas del presupuesto familiar. Aunque esta situación varía en otros países europeos, de este modo, el 57% de los alemanes, el 76% de los franceses y el 64% de los italianos se ven obligados a valorar esta situación al planificar su presupuesto familiar.
Alarmante es la situación de Grecia donde la crisis ha impactado con mayor virulencia, ya que el 87% de las familias sufren dicha circunstancia.
Dejar de cenar fuera de casa
Preguntados por un eventual incremento en el precio de los alimentos, los españoles prefieren quitar del presupuesto las cenas fuera de casa (66%), la compra de ropa y accesorios (58%) o la partida de entretenimiento (44%).
Otros capítulos donde los encuestados españoles prefieren reducir el gasto para dedicarlo a la cesta de la compra son los viajes/vacaciones (43%) o los servicios de comunicación (42%).
En el lado contrario, se encuentran apartados imprescindibles como el cuidado infantil (2%), la educación (5%), la ropa de los niños (7%), el gasto en salud (8%) o el pago de los créditos, ya que un 11% de los entrevistados o no puede o no quiere afrontarlos.
Ante una hipotética subida del precio de los alimentos, el 48% de los encuestados se decantaría por aumentar el gasto en marcas de distribución, y muchos optarían por un establecimiento con «filosofía discount», aunque otros se inclinarían por supermercados e hipermercados.
En cambio, los pequeños establecimientos de proximidad son los que sufren en mayor medida el impacto de la eventual inflación.
Internet como supermercado de ocasión
La tecnología e Internet cobran un mayor protagonismo a la hora de llenar la cesta de la compra y como herramienta para lograr un precio más ajustado entre los consumidores.
En el informe de Nielsen se percibe que un 36% de los preguntados realiza búsquedas de ofertas por Internet que evidencian cómo la tecnología se abre paso cada vez más en el sector de la alimentación. Otro dato que apoya esta tendencia es que el 28% de los consultados usa las redes sociales para búsqueda de ofertas.
Otra de las tendencias observadas en el informe realizado por Nielsen pone de manifiesto que ante un posible aumento en el precio de los alimentos, los españoles reducirían su gasto en productos como bebidas alcohólicas (63%), dulces y galletas (70%), patatas fritas y snacks (69%) e incluso comida preparada a domicilio (69%).
En cambio los consultados en su mayoría prefieren no cambiar sus hábitos de compra de alimentos esenciales en la dieta como son lácteos (75%), carne (74%) o frutas y verduras frescas (72%) aunque se constate una subida en su precio.
Lo que está claro es que ante la crisis se agudiza el ingenio para evitar el desperdicio de comida. Así se desprende del informe realizado por Nielsen, según el cual el 51% de los preguntados asegura que compra más fresco y una cantidad más ajustada a sus necesidades. Además, el 36% opta por comprar paquetes más pequeños o comida con un mayor periodo de caducidad.
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