El futuro de la compañía francesa de telecomunicaciones Alcatel-Lucent está muy oscuro. El máximo directivo de este grupo, Michel Combes, ha advertido del riesgo que corre la compañía que se enfrenta a errores del pasado y a la fuerte competencia de compañías chinas, así como a la falta de una estrategia por parte de la UE en defensa de este sector. Así, después de la toma de control de la división de móviles de la finlandesa Nokia por parte de Microsoft, éste podía ser un nuevo golpe para la industria europea.

Alcatel acumula pérdidas anuales entre 800 millones a 1.000 millones de euros desde 2006, y los planes de reducción de costes de unos 1.000 millones de euros al año, que en gran medida que se van a materializar a través del recorte neto de plantilla a unas 10.000 personas en todo el mundo -15.000 supresiones y la creación de 5.000 nuevos empleos-, no parece que aseguren un radical cambio de tendencia. Se trata además del sexto plan puesto en marcha por el grupo que se creó en 2006 cuando Alcatel se fusionó con Lucent, entonces división de equipos de AT&T.

De la errónea estrategia del pasado se destaca la incapacidad para captar los cambios tecnológicos fundamentales, como los referidas a las redes 3G y 4G. En este contexto, en las últimas semanas en medios del sector emergió la posibilidad de que Nokia se acercase a Alcatel para alcanzar algún tipo de asociación, posiblemente en el área de las redes inalámbricas. A favor de Alcatel, pese a sus ruinosas cuentas, están sus acuerdos de suministro con Verizon,  AT&T y China Mobile.

El plan de reestructuración de Alcatel Lucent prevé el despido de 130 trabajadores en España, lo que supone casi un 14% del total de la plantilla y pone en peligro el futuro de la planta de Barcelona, según UGT. El grupo podría cerrar a corto y medio de plazo varios centros de trabajo, entre ellos Berlín, Hannover, Bonn y Munich en Alemania, el de Viena en Austria, el de Namur en Bélgica, los de Rennes , Toulouse, Orvault y Velizy en Francia, los de Sesto Fiorentino, Padova, Bari, Nápoles, Rieti y Battipaglia en Italia, el de Swindon en Reino Unido y el de Ginebra en Suiza.