La pintora cántabra con raíces en Aguilar de Campoo, Myriam Fontaneda, colaboradora de diarioabierto.es, expone en la galería E8 de Madrid, después de muchos años sin exhibir su cotizada y exquisita obra.

Myriam Fontaneda estudia dibujo técnico y luego Arquitectura Interior –IAD- pero ella tiene muy claro que lo suyo es la pintura, necesita expresarse con los pinceles y así, después de haber desarrollado una carrera en el mundo de la publicidad, decide preparar su ingreso en la escuela de Bellas Artes y para eso se prepara, durante dos años con el pintor Francisco Molina Montero. Después de su paso por el taller del museo del Prado, decide volcarse en perfilar su obra en múltiples colectivas e individuales. Ahí, es donde los avezados coleccionistas comienzan a adquirir sus obras.

Un personaje inquieto necesita que su inspiración salga a ver mundo. A los 20 años Myriam se coloca su mochila y se marcha de viaje a ver mundo. Vive una temporada con los masáis, en Costa Rica, en Guatemala y en medio mundo, sin olvidar sus raíces palentinas. Ese campo de Aguilar de Campoo y las montañas de la vecina Cantabria, están grabadas en su retina y son una constante en su obra.

Su trote sigue vigente, aunque aplazado por sus circunstancias personales, ya no depende de ella salir a ver mundo. «He recorrido, comenta Myriam, casi todo el planeta y esto influye en mi pintura, porque veo y miro las cosas de forma diferente, los colores son distintos. Pinto más las sensaciones que el realismo, mi pintura es expresionista, aunque algunos dicen que es una mezcla de diferentes estilos». Posiblemente Costa Rica y Guatemala, sean los dos países que más huella le han dejado en la utilización que hace de la escala cromática, en un periodo extenso de su pintura.

«La pintura es el reflejo de una mezcla de la sabiduría de los libros, de la sabiduría de los viajes, de técnica y de sentimiento. Para el pintor salir del estudio es algo muy importante y necesario. Si el mundo no te dice nada, los cuadros no dicen nada». Sin embargo, sus cuadros no dejan indiferente a nadie. En la serie que ha creado para la galería E8 de Madrid, no hay pueblos mesetarios –una constante en su obra- y sí enormes animales. También un enigmático rostro de hombre y seis enormes obras que ocupan por sí mismas un espacio.

“Cuando abro un recuerdo rara vez es como el hecho real. La memoria está en todo el cuerpo y mi mano y mi mente reaccionan, es lo que pinto. La sensibilidad me distorsiona, la belleza me activa la emoción. Mi meta, mi fin, es emocionar”.

13 cuadros de ellos 4 son de gran formato y quien crea que conoce la obra de Myriam, en esta exposición, se sorprenderá. Es un viaje al interior con una expresividad y una fuerza arrolladora.

La obra de Myriam Fontaneda permanecerá expuesta en la galería E8 de la calle Villanueva, 8 en Madrid –tlf 91 577 8107-, hasta el próximo 12 de febrero.