Con un día de retraso

18/01/2011

Miguel Larrañaga. 18-01-2011

Pues sí. Me adelanté un día al anuncio de estampida. Puede que fuera porque ayer lunes fue festivo en Estados Unidos y los mercados prefirieron no empezar movimiento alguno sin la aquiescencia de los peces gordos del otro lado del Atlántico o, simplemente, porque la fruta aún no esta madura ayer, pero el caso es que hoy ha regresado el ambiente de fiesta al parqué.

Desde el inicio de la sesión se vio al Dax y al FTSE concentrados en tirar del carro y eso siempre se agradece por parte de los alcistas, que me imagino que más de un bajista se habrá comido las uñas durante la sesión. Cuando se «sincronizan» los dos grandes, el asunto queda visto para sentencia, ya sea al alza o a la baja. Y esta vez estuvieron sincronizados al alza, así que todos para arriba.

Para colmo de satisfacciones, la subasta de deuda española se saldó de forma más positiva de lo esperado por muchos, con tipos exigidos mucho menores para nuestro país. Esto es la aplicación práctica de lo que vienen en llamar «relajación de la prima de riesgo», pero a mí me suena más a consecuencia directa del pulso que Elena Salgado ha decidido echarle a los poderosos con la suspensión de la subasta del jueves y su sustitución por la adjudicación directa.

Ahora los de siempre ya saben dos cosas. La primera, que doña Elena no está dispuesta a financiarse a cualquier precio. Y la segunda y posiblemente más importante, que entre las filas de los financiadores empieza a haber resquicios y que algunos se conforman con menores tipos con tal de seguir haciendo negocio. De momento, un diez para la jefa de la economía española en este apartado. Y un apunte. Cuando fue nombrada nadie creyó en ella pero, por lo general, las mujeres se atreven a cosas que un hombre ni se plantea.

Así, entre unas cosas y otras, los índices europeos vivieron una jornada de subida continua que ha llevado al Dax a máximos de dos años y medio tras subir un 0,92%. No está nada mal que el índice alemán haya terminado el «remoloneo» demostrando fuerza. El FTSE, por su parte, se pasó todo el último tramo de la sesión coqueteando con máximos y al final lo consiguió por los pelos tras avanzar un 1,18%. El CAC ejerció de fiel escudero, sobre todo en el tramo final, pero al índice francés le faltó la chispa que había demostrado en otras jornadas, justo cuando el Dax flojeaba últimamente. Subió un 0,94% que supo a poco. Y finalmente, el Ibex volvió a ejercer de estrella con una fulgurante subida del 2,95%, la mayor entre los grandes índices. Está visto que el selectivo español hace todo lo que puede para que este humilde servidor no le critique, pero no deja de ser cierto que aún tiene mucho que demostrar para que los fantasmas se espanten definitivamente. Va en el buen camino.

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