Y en estas, Montoro salió del túnel

22/10/2013

Luis Díez. Aunque hay políticos que cuando ven luz al final del túnel gritan: “¡Que hagan más túnel!”, ninguno es español.

Esto quedó de relieve en el debate del Presupuesto para 2014 que comenzó este martes, 22 de octubre, en el pleno del Congreso. Pero esto no quiere decir que ningún portavoz haya compartido la eufórica descripción del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, según la cual “no sólo hay luz al final del túnel, sino que se atisba la recuperación”. Intentando mejorar el discurso del presidente Mariano Rajoy en el antiguo imperio del sol naciente, el mundo no sólo habla de cuán grande va a ser la recuperación española, sino, según recordó Montoro, del “modelo español” de salida de la crisis.

“Somos un ejemplo a seguir”, afirmó con la mezcla de agudeza y cinismo irónico que le caracteriza, antes de citar las tres bases de la recuperación: una balanza positiva por cuenta corriente que demuestra que nuestra economía se sitúa entre las más competitivas del mundo con un saldo neto superior al 3% del PIB y permite una mejora en la financiación del Tesoro y un ahorro que garantiza las políticas sociales; el mejor acceso a los mercados financieros –la Bolsa ha recuperado los 200.000 millones, un 40% de lo que perdió en la crisis–, y la muy baja inflación: este año quedaremos por debajo del 1%, algo que jamás habíamos visto y que convierte en inútiles los debates sobre la revalorización.

En pocas palabras y para que lo entendamos, nos dijo Montoro que estamos ante un fenómeno equivalente a una devaluación, pero sin reducir el tipo de cambio y sin inflación, lo que significa que con el mismo dinero podemos comprar lo mismo. Y además, como se está produciendo el desapalancamiento de las familias y de las empresas, porque su patrimonio ya es superior a sus deudas, volverá a fluir el crédito y “a partir del año próximo se volverá a crear empleo”. Como no podía ser de otro modo, Montoro trufó su discurso entusiasta con alusiones a los errores del pasado, el peor, el endeudamiento hasta el extremo de ser “el país más endeudado con el resto del mundo”, dijo con notable exageración, y la consiguiente destrucción de 3,5 millones de empleos.

En contraste, el Gobierno del PP ha tenido que acometer “el mayor ajuste estructural de la historia de la hacienda española”, con un reparto del esfuerzo que, según Montoro, se ha distribuido “equitativamente” (protestas), con un 90% en el gasto público y un 10% en subida de impuestos. Aunque no citó la congelación del sueldo de los empleados públicos por cuarto año consecutivo, el ministro no olvidó el argumentario de los nuevos tiempos-no se olvide que en junio de 2014 hay elecciones europeas-, y recordó que el año pasado se hablaba del rescate y algunos hasta le ponían fecha. “Ahora nadie habla del rescate, ahora el director del FMI habla de España como ejemplo y referente”. Y si estamos en la Europa de la estabilidad y la recuperación, no tiene sentido que nadie salga de esa Europa, añadió en aplaudida referencia a los nacionalistas catalanes de ERC y Convergencia.

Sobre el Presupuesto propiamente dicho, Montoro habló lo menos posible, sólo que la austeridad seguirá siendo el instrumento –el gasto público mengua un 4%– para pagar la protección social de millones de personas que no tienen otra cosa. Por ejemplo, las pensiones suben un 4,9%, dijo en referencia a la cantidad global del sistema de Seguridad Social. Y afirmó con entusiasmo que “estos son los Presupuestos de la ilusión, la recuperación y la confianza”.

Después, con escuchar a Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE), Josep Antoni Durán i Lleida (CiU), Cayo Lara (Izquierda Plural) y Rosa Díez (UPyD), quedó claro que en el mejor de los casos se destruirá menos empleo en 2014 y que estamos ante un Presupuesto “continuista”, con “más recortes y más de lo mismo”, según explicó Rubalcaba, para quien resulta meridianamente claro que todo el esfuerzo de la recuperación ha caído sobre el empleo y sobre una reducción salarial continuada desde hace 15 meses, que proseguirá, al menos, durante un lustro sobre las espaldas de los pensionistas presentes y futuros. “¿De cuánta recuperación hay que hablarles?”, le preguntó Rubalcaba antes de acusar reiteradamente a Rajoy, sentado en el banco azul, de utilizar la crisis para cargarse el Estado del bienestar y de subrayar que “si se cumplen sus previsiones, en 2015 habrá “más paro, más impuestos, menos derechos, más deuda y mucha más desigualdad social que cuando llegaron al Gobierno”. Estas cosas pasan, dijo Cayo Lara, cuando la política del Gobierno consiste en transferir las rentas del trabajo al capital para engordar sus beneficios y premiarle además con una bochornosa fiscalidad, incluida la amnistía de evasores y delincuentes.

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