Las noticias de Brasil parecen muy positivas para Telefónica, que ha logrado que las autoridades de la competencia y el Ejecutivo de ese país no le obliguen a pronunciarse ya sobre su situación en el mercado brasileño, el primero para la multinacional española, después de el cambio de participaciones en Telco, el primer accionista de Telecom Italia, con un 22,4% del capital.

El conflicto surge porque Telecom Italia cuenta en ese país suramericano con TIM Brasil, la segunda operadora de móvil, mientras que Telefónica controla Vivo, el primer operador. Una situación que, según los responsables de velar por la competencia, consideraban inviable. El ministro de Comunicaciones de ese país, Paulo Bernardo, manifestó que no se iba a permitir que Telefónica controlase TIM y Vivo, y como consecuencia debería vender una de ellas a un operador que no tuviese presencia en el mercado doméstico, en alusión a Carlos Slim, que posee a través de América Móvil la tercera operadora. El magnate mexicano está dispuesto a sobrepasar a la compañía española en el gigante latinoamericano.

Pero ahora las declaraciones de diversos directivos y políticos apuntan a que Telefónica no tendrá que pronunciarse a corto plazo, y que sigue vigente el pacto de la operadora con el Gobierno brasileño de 2007, con el argumento que la ya que la situación todavía no ha cambiado. La compañía que preside César Alierta, quien se entrevistó con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en Nueva York, aduce que no participa en las decisiones de Telecom Italia que afecten a TIM, y que además el aumento de la participación en Telco no se corresponde todavía con el incremento de los derechos políticos.

Y no es que la ‘teleco’ española quiera controlar las dos primeras operadoras de Brasil, pese a que el mercado tiene unas buenas perspectivas de crecimiento, aunque también de inversión. Pese a que no se pronuncie sobre determinados aspectos de TIM, está junto a los socios que defiende que Telecom Italia debe emprender un plan de saneamiento, con desinversiones, para reducir los 28.000 millones de euros de deuda. Un tema en el que algunos accionistas cbhocaron con el ya ex presidente Franco Bernabe, que tuvo que dejar el puesto.

Medios consultados estiman que este plazo tácito que parece que se concede a Telefónica puede servir para que la empresa italiana se desprenda e TIM, y que esta pueda ser vendida a un único comprador o troceada.

Adicionalmente a finales de la semana pasada, el consejo de administración de Telefónica Brasil aprobaba dos nuevos dividendos con cargo a 2013. En total, la filial de Telefónica destinará 400 millones de euros a retribuir a sus accionistas, de los cuales unos 295 millones serán para la matriz.