“Lo he dicho antes y lo repetiré: todos los agentes deben estar preparados el 1 de febrero de 2014, si no corren el riesgo de que surjan problemas en la gestión de sus órdenes de pago”, afirmó Benoît Cœuré, miembro del Comité Ejecutivo del BCE.

Este retraso plantea riesgos operativos y limita la posibilidad de abordar problemas o circunstancias imprevistas que podrían surgir durante el período de adaptación.

El proceso es doble. Por un lado está el asunto de las transferencias SEPA, cuyo proceso avanza a buen ritmo. Algunos países de la zona euro ya han completado el proceso, mientras que otros avanzan a buen ritmo.

El problema viene con los adeudos directos SEPA, donde la mayoría de agentes llevarán a cabo su traslado en los meses justo anteriores a la fecha límite.

Aunque el grado de preparación general de los proveedores de servicios de pago parece satisfactorio, muchos de sus clientes, en particular las pequeñas y medianas empresas, todavía deben superar importantes retos para estar preparados a tiempo.

Entre los riesgos a los que se enfrentan, se  se incluyen problemas de capacidad y cuellos de botella para los proveedores de servicios de pago y para los vendedores de software al final del año. De igual manera se podrían encontrar con falta de tiempo para terminar el proceso de adaptación.