Seguros del hogar: imprescindibles

19/01/2011

Lucía Martín. No pensamos en ellos, a pesar de que cubren de imprevistos uno de los bienes materiales más importantes que tenemos: nuestra casa. Le contamos en qué fijarse a la hora de contratar un seguro para la vivienda.

Normalmente uno suele dedicarle más tiempo al seguro del coche que al de la vivienda. Entre otras cosas porque éste último suele venir en el paquete de productos que el banco nos obliga a contratar cuando formalizamos una hipoteca… No pueden obligarle, pero el usuario tiene que pasar por el aro si le interesa el crédito. Así que, entre unas cosas y otras, no sabemos qué cubre y qué no el seguro de la casa y debiéramos prestarle atención aunque sólo sea porque asegura de imprevistos el bien material más valioso que tenemos: la vivienda.

La ley hipotecaria establece que el seguro obligatorio cuando hay de por medio un crédito hipotecario es “contra daños” mínimo incendios. Si no hay hipoteca no hay obligación ninguna de contratarlo. Pero debiera ser imprescindible. Un seguro del hogar cubre, grosso modo, el continente (la vivienda en sí) y el contenido (lo que hay en su interior). La valoración del continente la suele hacer la aseguradora: cuentan con tablas con valores por defecto que no consideran el precio de venta de la vivienda. Cuando se contrata con una entidad financiera el continente suele ser más alto que si se hace directamente con la compañía directamente. “El error más común tiene que ver con el contenido, porque depende de una valoración más subjetiva del cliente. No sabemos lo que tenemos en casa.  Recomiendo, antes de decir a la aseguradora cuánto creemos que vale ese contenido, coger una libreta y apuntar lo que tenemos”, comenta Gil Manuel Paz, subdirector técnico del hogar de Mapfre.

Similar consejo sobre el inventario ofrece Lluis Orts, director de hogar de DKV Seguros. “Vale la pena asegurar correctamente la casa porque es algo que pagamos durante años. Y es importante ir ampliando los capitales, la gente no suele pensar en ello: si se renueva por ejemplo, la cocina, conviene variar las cantidades contratadas. Esto no se suele hacer, en realidad uno sólo se acuerda del seguro cuando lo necesita”, comenta Orts.

Conviene también saber cómo valorará la compañía aseguradora los bienes en caso de siniestro: “Casi todas las aseguradoras consideran el valor de a nuevo (como si hubiese comprado el bien hoy), es decir, no le resta los años de antigüedad. Pero puede haber limitaciones. Por ejemplo, con los ordenadores o electrodomésticos con los años se pueden cuantificar a valor real”, continúa Orts.

“Hay que fijar el límite del seguro, en Mapfre por ejemplo, ofrecemos modalidades incrementales que van del básico a los que cubren casas de altísimo patrimonio”, cuenta Paz. Aunque cada vez tenemos más cultura aseguradora en nuestro país, se suele acudir a contratarlo sin una idea fija: “El profesional nos tiene que orientar sobre las garantías. Si se hace en el banco la persona de la oficina debe asesorarle correctamente”, explica Orts.

{destacado}En España los precios de estos seguros suelen ser muy competitivos, en Europa son más altos. Y, suelen ser similares tanto si los contrata con la aseguradora como si lo hace a través de la entidad financiera. “Por ejemplo, para una casa de 70 metros cuadrados con 30.000 euros de contenido suelen ser unos 170 euros anuales. O sea, doce o trece euros al mes”, detalla Orts. El Hogar Familiar, el más contratado en Mapfre, tiene una prima media de 180 euros anuales.

Y ojo, si es Vd. inquilino debiera plantearse contratarlo. “Los que pagan un alquiler no suelen tenerlo porque lo tiene el propietario de la vivienda. El problema es que si ocasionan algún daño a la casa la compañía aseguradora les reclamará a ellos, por eso es conveniente que tengan un seguro cubriendo el mobiliario y enseres propios, así como los del propietario. También, uno de responsabilidad civil”, aconseja Orts.

Las pólizas pueden ser de lo más completas, en función de lo que quiera pagar: “Como mínimo debieran tener una responsabilidad civil, una defensa jurídica, cubrir joyas porque quien más quien menos tiene alguna joya en casa”, comenta Paz.

Y un aspecto importante: es un seguro para accidentes o siniestros (incendio, robo, daños agua..), no uno de mantenimiento. Si por ejemplo, por el uso se le avería el grifo del lavabo o la persiana no le cubrirá comprar uno nuevo. “Hay que tener cuidado con las expectativas sobre el producto”, finaliza Orts.

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