En un inteligente reparto de papeles, el gobernador, Luis Maria Linde, y el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, sincronizaron sus mensajes en sendos actos: el XVI Congreso Nacional de la Empresa Familiar, el primero, un foro en la Universidad de Oviedo, el segundo. Linde optó por lo macro, considerando “esenciales” para la recuperación de la economía “la seguridad jurídica y la estabilidad política”. Restoy se centro más en el sector financiero, con exigencias de “políticas prudentes de contención del gasto y de distribución de dividendos”.

Linde señala que, «con toda la prudencia», los datos disponibles «permiten pensar» que se puede estar «en el comienzo de la recuperación de la economía europea y española». Pero recuerda que este proceso «no será mecánico», sino el resultado de «un gran esfuerzo de corrección de los desequilibrios» acumulados en los años de euforia.

«Los riesgos de que esta expectativa no se cumpla no están solo en el ámbito económico, sino en la seguridad jurídica y la estabilidad política«, que serán «esenciales para la recuperación».

Un «gran reto» al que se enfrenta la economía española hoy es «conseguir que otros sectores distintos al de la construcción tomen el relevo en la creación de valor añadido».

El gobernador del Banco de España opina que es «evidente» que España tiene «un problema de deuda pública», ya que la ratio deuda/PIB ha crecido 60 puntos en seis años: del 40% del año 2007 a casi el 100% previsto este año. Esto es «el mejor reflejo de la crisis, del hundimiento del ingreso público y del sector de la construcción, y del incremento de los gastos asociados con la crisis». Pero precisa que, a pesar de ese «incremento tan fuerte de deuda», España está «al nivel de los grandes países europeos».

 

Basilea III: exigencia especial

Por su parte, el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, alerta respecto a que Basilea III puede implicar una «exigencia especial» para algunas entidades españolas. «La presión que ejerce el mercado sobre la disponibilidad de capital exige un esfuerzo continuado para la preservación del capital y, en concreto, para el mantenimiento de políticas prudentes de contención del gasto y de distribución de dividendos«, apunta.

Aunque reconoce que la «avalancha regulatoria» supone un gran reto para los bancos españoles, «no creo que éste sea superior al que afrontan otros sistemas bancarios, sobre todo después del intenso proceso de reforma financiera que hemos llevado a cabo durante el último año».

«Es ya una realidad contrastada que los bancos españoles están razonablemente capitalizados, han mejorado sustancialmente su situación de liquidez y sus ratios de apalancamiento son relativamente reducidas, si se los compara con los de otras entidades europeas», destaca Restoy, que también es presidente del Frob.

Las medidas estructurales que apruebe la Unión Europea tendrán sobre la banca española un efecto «más limitado que en otras jurisdicciones», yaque desde hace más de un año España cuenta con una normativa «muy avanzada» en materia de resolución que ha sido aplicada en el proceso de restructuración del sistema financiero y que ha supuesto «un sensible ahorro de recursos públicos».

«El principal reto al que nos enfrentamos es la persistente fragmentación de los mercados europeos y el consecuente vínculo entre el riesgo soberano y el riesgo bancario», resalta el subgobernador del Banco de España. Restoy enfatiza que «nuestro sistema financiero se verá sensiblemente fortalecido por la constitución de una unión bancaria efectiva que incluya todos sus componentes relevantes, incluido el mecanismo único de resolución».