Como en el penoso y famoso viaje de las tres carabelas, el jefe del Gobierno, investido de descubridor, gritó a la tripulación parlamentaria: “¡Tierra a la vista!” Y completó la información: “Se ve tierra a lo lejos”. No dijo si será firme, pero tierra, desde luego, es. En su asiento en el banco azul, el profesor Montoro anotaba la metáfora del comandante con la inequívoca intención de sustituir el trillado túnel. Los nuevos signos, ya sean luz al final del túnel o tierra en el horizonte, jalonan el nuevo discurso gubernamental con tanta frecuencia e intensidad que son ya la respuesta a todo, a la totalidad.

El presidente Mariano Rajoy acudió al Congreso a informar de la última reunión del Consejo Europeo y aparte las expresiones antedichas sobre la situación económica española después de una travesía de cinco años de crisis y ajustes implacables de los salarios, dijo que los mandatarios de la UE se han comprometido a abordar la tragedia de la inmigración el año que viene, en la cumbre de finales de junio. Para esos infelices que huyen de los empobrecidos y violentos territorios en los que han nacido no hay tierra a la vista. Sobre el espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (ANS) estadounidense en los países aliados, Rajoy se sumó al coro de la Cumbre: si se confirma, es preocupante. Y anunció que el director de nuestro Centro Nacional de Inteligencia (CNI), teniente general Félix Sanz Roldán, informará de lo que sabe en la Comisión de Secretos Oficiales. Eso fue todo, aunque luego, tangencialmente, el presidente dijera que tiene previsto aprovechar los fondos comunitarios de fomento del empleo de los jóvenes mediante un decreto que el Gobierno aprobará en noviembre.

Desde luego, una información tan interesante, dio lugar a una sucesión de monólogos que duró desde las 9 hasta las 14:00 horas. Y si no se prolongó se debió a los costumbre de almorzar. Todos los portavoces reclamaron más recursos para los dispositivos marítimos de vigilancia y salvación de inmigrantes tras la tragedia de Lampedusa (Italia). Quizá fue Alfredo Pérez Rubalcaba el más acertado al reclamar cuotas de inmigración legal en todos los países de la UE sin excepción. “Hay que reconocer que vamos a ser países de inmigración”, señaló, antes de recordar que los socialistas iniciaron la política de cooperación con los países del norte de África y pusieron en marcha el sistema Frontex de control de la frontera exterior, “que es un sistema eficaz de salvamento”, con el apoyo de la UE. Rubalcaba denunció la inoperancia de los líderes europeos: “No es de recibo esperar un año para abordar el problema”, dijo. “Y tampoco reducir los recursos comunitarios para atender a las víctimas de esa situación”. La UE, y España especialmente, han reducido los recursos de cooperación para el desarrollo. Y en lo atinente a Frontex, en vez de dedicar los 118 millones de euros del último año, ahora dedican 80.

Para Rosa Díez, la dirigente de UPyD que este fin de semana celebrará su II Congreso con un mensaje regeneracionista y de quiebra del bipartidismo, es una vergüenza y una inmoralidad que los jefes de Gobierno y de Estado de la UE hayan aplazado el asunto hasta junio de 2014, respaldando así, objetivamente, a los partidos xenófobos y racistas en las elecciones al Parlamento Europeo de mediados de junio del año próximo. Sobre el espionaje de EEUU Díez consideró que debe comparecer la vicepresidenta Santamaría, que es de quien depende ahora el CNI. Su propuesta fue secundada por otros portavoces, pero Rajoy prefirió preservar a su ayudante para mejor ocasión. Lo grave del espionaje entre aliados radica, como dijo Rubalcaba con el fundamento que Rajoy fue incapaz de articular, en que “la inteligencia compartida resulta fundamental para combatir el terrorismo y todos sabemos que no es fácil el intercambio de datos entre los servicios si no hay confianza mutua. Esa confianza tan difícil de lograr se quiebra automáticamente cuando se produce una deslealtad. Ese y no otro es el problema, un problema que exige explicaciones completas, petición de responsabilidades y rectificaciones contundentes”, añadió el dirigente del PSOE. El presidente Rajoy, el mismo que dio la orden al embajador en Viena, señor Carnero, de inspeccionar el avión interceptado del presidente de  Bolivia, Evo Morales, porque la Administración estadounidense creía que el exfuncionario Edgard Snowden iba abordo, evitó replicar a Rubalcaba y a los demás portavoces. Luego, con decir que ya se ve tierra en el horizonte contestó a las preguntas de aquellos sobre el incremento de la pobreza y la cuña clasista y clerical de la reforma educativa.