La presentación de resultados del Banco Popular en los nueve primeros meses se convirtió, más que en otras ocasiones, en un acto de afirmación de su modelo de negocio, “el más adecuado para el entorno competitivo actual”, según su consejero delegado, Francisco Gómez Martín. Éste no se recató en subrayar públicamente que la recurrencia de ingresos del Popular era “mejor” que la de la competencia, que su margen de intermediación “es el mayor, y el de mejor calidad”. Y que el banco mostraba, “con diferencia”, el mayor margen de explotación del sector.

Esa defensa del modelo se compatibiliza con un mensaje de prudencia, “hasta que no se despejen las incertidumbres regulatorias”, que se extiende a la situación económica. “La recuperación aún no ha alcanzado a todos los sectores, deben mejorar el consumo y el empleo”, señala Francisco Gómez Martín.

No obstante, hay datos que invitan al optimismo. La presencia extranjera en el capital del Popular (sin contar al existente en el consejo de administración) ha saltado del 19% al 41%. Los ingresos proceden “mayoritariamente” del negocio bancario. Y la “desinversión ordenada” del ladrillo ya surte frutos, con ventas récord de inmuebles.

Ese mensaje de defensa del modelo de negocio y de prudencia se vuelve rotundo cuando se trata de las empresas. “El futuro de la banca en España pasa por las pymes”, “las pymes representan el futuro de España, y el Popular quiere estar con ellas”. Son frases del consejero delegado, que insiste en que ganar cuota de mercado en este segmento es una prioridad estratégica.

El Popular ha ganado 0,34 puntos de cuota en crédito, es la primera entidad en disposición de líneas ICO (747 millones), ha crecido el 5,7% en saldo de inversión a pymes sobre el cuarto trimestre de 2012; el 42% en renting, el 22% en leasing, ha captado 83.085 nuevas sociedades (entre pymes y autónomos). El resultado es que una de cada cinco pymes en Españas es cliente del Popular, que ha incrementado el 47% su red de gestores de empresas.

 

Buenas perspectivas

Gómez Martín deja muy claro que la decisión sobre el dividendo se tomará en la última quincena de diciembre, “hasta que no se despejen las incertidumbres regulatorias”, pero que la idea del Popular es volver a la tradición, a un payout del 50%. No duda sobre que la previsión de beneficios a fin de año, 500 millones, se cumplirá.

El banco no pujará por NCG Banco, “porque sus datos no concuerdan con nuestro interés”. Sobre CatalunyaBanc, “decidiremos cuando llegue el momento y tengamos toda la información”.

Sobre la morosidad, optimismo: “es el tercer trimestre consecutivo de desaceleración”, “la mora no inmobiliaria está evolucionando favorablemente”.

Conclusión: síntomas de mejora en un entorno que seguirá “complejo”; las prioridades siguen siendo el crédito a pymes, la captación de pasivo minorista, y la defensa de los márgenes; reducción “significativa” de las entradas en mora en 2014; aceleración de la venta de inmuebles.

Por supuesto, “el modelo de negocio del Banco Popular se confirma como el más adecuado”. Faltaría más.