La creación del mercado único europeo presenta deficiencias

01/11/2013

Miguel Ángel Valero. La unión bancaria completa es imprescindible para evitar la fragmentación existente en la UE

El séptimo informe del Observatorio sobre la Reforma de los Mercados Financieros Europeos, impulsado por la Fundación de Estudios Financieros, advierte de deficiencias en las iniciativas regulatorias “que no ayudan a la construcción del mercado único europeo”. También señala que “es necesario recuperar cuanto antes los niveles de integración financiera europea alcanzados antes de la crisis”. Y subraya que “una Unión Bancaria completa es imprescindible para evitar la fragmentación existente en los mercados” europeos.

La fundación presidida por Juan Carlos Ureta recuerda que “la regulación financiera debe contribuir al objetivo de construcción del mercado único de los servicios financieros y ello no siempre se consigue”. Porque hay un “exceso de regulación financiera”, y porque es necesaria “una regulación más convergente y normalizada y evitar el arbitraje entre jurisdicciones·.

Al mismo tiempo, “la abundancia de información como elemento clave en la protección del inversor resulta contraproducente, confunde y desinforma”.

El estudio, elaborado por un equipo de trabajo dirigido por Ramiro Martínez-Pardo y Javier Zapata, hace una valoración del nivel actual de integración financiera europea, y de las amenazas a las que se enfrenta. Examina la situación del proyecto de reforma estructural de la banca y la Unión Bancaria, dentro de la que se enmarca la Directiva europea de recuperación y resolución bancaria. Se analiza también la respuesta local a la crisis bancaria ofrecida mediante la creación de una sociedad de gestión de activos.

El informe presta especial atención a los aspectos relativos al gobierno corporativo y la denominada ‘banca en la sombra’, que plantea nuevos riesgos e incógnitas. Y también a la problemática de los paraísos fiscales, y a la efectiva prevención del blanqueo de capitales y financiación del terrorismo.

El punto de partida es que la regulación debe aportar más beneficios que perjuicios al sistema, y tiene que estar supeditada al objetivo último de construcción europea. Pero esto “no siempre se consigue”. “La crisis ha propiciado un retroceso en los niveles de integración financiera europea alcanzados con anterioridad, lo que se traduce en una fragmentación de los mercados que es necesario combatir”, señala el informe, que concluye que “una Unión Bancaria completa es imprescindible para conseguirlo”.

 

Agenda regulatoria descoordinada

La fundación formula algunos reproches a la intensidad de la agenda regulatoria. “A pesar del carácter global para combatir y prevenir futuras crisis financieras, y de las prisas iniciales para implementarla, las iniciativas para llevarla a cabo adolecen de una serie de deficiencias”. Entre ellas, “descoordinación, lentitud, profusión y complejidad”. No obstante, se reconoce que este proceso de reforma de la regulación financiera no tiene precedentes.

“En la Fundación de Estudios Financieros seguimos creyendo que el objetivo último no debe ser más sino mejor regulación. Para ello, en algunos casos el énfasis habrá que ponerlo en la vigilancia y supervisión del cumplimiento de las reglas ya vigentes y no necesariamente en su reforma. En otros casos, habrá que optar por una regulación más convergente con definiciones normalizadas que permitan una mejor comparación y eviten el arbitraje regulatorio”, señala el informe.

“Para que el mercado funcione correctamente se requieren normas sencillas y estables y una regulación suficiente pero no excesiva”, insiste el estudio. “Creemos que las reformas han de ser ponderadas y justificadas por un análisis de los beneficios que aporten con respecto a los costes que su implantación puedan suponer para la industria y estar supeditada al proyecto de construcción europea”, subraya.

 

Modelos orientados al cliente

En los últimos años se ha experimentado una evolución en los principios que inspiran el buen gobierno de las empresas que prestan servicios de inversión, y en la propia normativa, hacia un concepto de cultura del riesgo, que es extensivo a toda la organización, que debe percibir el servicio al cliente como un factor determinante para el éxito de la empresa.

La industria financiera “debe basar su desarrollo en modelos comerciales orientados al cliente, volcados en la transparencia y en el suministro de información suficiente para que el inversor conozca los riesgos asumidos, pero sin excesos”, señala el informe. “La regulación debiera revisarse para conseguir pautas de información que se apoyen en modelos resumidos con información relevante y solo ésta. La abundancia de información resulta contraproducente: confunde y desinforma”, concluye el séptimo Observatorio sobre la Reforma de los Mercados Financieros Europeos.

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