Hay veces que el mercado te da sorpresas y otras veces que te las da muy gordas. Lo de hoy es una sorpresa de las enormes. ¿Quién entiende que el Dow Jones casi mantuviera el equilibrio y que el S&P 500 bajara más del 1%?

Intentaremos buscar explicaciones. Pudia ser que el S&P se haya visto arrastrado por la caída de los bancos, ya que tocó el turno de decepcionar a todo el mundo al intocable Goldman Sachs. En el Dow sólo cotizan dos (Bank of America y JP Morgan) y ambos cerraron con pérdidas abultadas. En el S&P cotizan muchos más valores relacionados de una u otra forma con el sector financiero y la jornada aciaga de todo el sector como consecuencia de los malos resultados que se han ido conociendo puede haber jugado una mala pasada a este índice. Pero también puede ser que IBM haya sostenido casi en solitario al Dow (sólo siete de los 30 valores terminaron en positivo).

Y también puede ser que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid la coyuntura haya servido para hacer una limpieza en toda regla. Como en el caso europeo, los excesos injustificados al alza suelen desembocar en excesos tan injustificados a la baja. Y ya se sabe, cuando empiezan a saltar stops es muy difícil parar la caída. No es descartable que esta jornada marque el final del arreón alcista y la fase de distribuición en la que estamos hace días dé paso a un retroceso en toda regla que no termina de producirse y que sería incluso sano para el mercado si no va acompañado de síntomas excesivos de preocupación.

Será lo que sea, pero es bastante difícil explicar cómo el Dow Jones bajó un 0,11% y el S&P 500 un 1,01%, así que imaginénse los esfuerzos que tendría que hacer uno para interpretar lo del Nasdaq Composite, que llegó a unas pérdidas del 1,46%. Lo dicho, no es demasiado comprensible, pero seguro que hay algo detrás de todo esto. Lo malo es que cuando lo descubramos puede que sea tarde.