Los dirigentes del Gobierno y en especial los del Ministerio de Hacienda continuan con los mismos tópicos fiscales que cuando estaban en la oposición a pesar de que estén practicando lo contrario una vez que han llegado al Gobierno. Aunque hay veces, como está ocurriendo estos años, en que la realidad es tan tozuda que no tienen más remedio que reconocer lo evidente.
Es lo que le ha ocurrido al secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, quien reconoció este martes en declaraciones a TVE que España recauda muy poco en relación a su Producto Interior Bruto, a pesar de que, por ejemplo, los tipos del Impuesto sobre la Renta son «muy altos» y se encuentran entre los más elevados de Europa.
Beteta también reconoció lo que todo el mundo sabe. Que una parte se debe a la economía sumergida. Pero otra por la propia legislación fiscal española que necesita «una actualización».
De lo que se olvida el secretario de Estado de Administraciones Públicas es de la situación económica con una crisis que ha dejado sin trabajo a millones de españoles, ha reducido las rentas de muchos más y deprimido el consumo de los hogares. Y sin empleo y actividad, no hay recaudación. Pero en la campaña propagandística del Gobierno que estamos mejor no hay lugar para ese reconocimiento.
Volviendo a la legislación, Beteta se refirió a la reforma fiscal que quiere abordar el próximo año el Gobierno y que con motivo de ella se pondrá de manifiesto esas «ineficiencias» del sistema tributario español.
Aunque una partre de ellas, añadio, ya se han corregido con las medidas que ha venido aprobando el Ejecutivo como la tributación efectiva de las grandes empresas, que era «mínima» por las numerosas deducciones.
Según Beteta, con esa reforma fiscal, el objetivo del Gobierno es acometer unos cambios para bajar los impuestos en 2015 y que los ciudadanos paguen sólo los impuestos precisos y si son menos, «mejor».
«Le aseguro que todo el Gobierno del PP tiene esa filosofía, pero lo primero que había que solucionar era el problema del déficit público y superadas estas cuestiones, podemos avanzar (en la rebaja de impuestos)», dice ahora Beteta.
Se da la circunstancia de que en 2014 en que se acometerá esa reforma es un año electoral (comicios europeos) y cuando empiecen a surir los efectos (a partir de 2015) entraremos ya prácticamente en la campaña electoral genearl. Curiosas casualidades.
El secretario de Estado se refirió también en esas declaraciones a TVE que la reforma fiscal dará mayor capacidad normativa a las comunidades autónomas para que tengan su propia política fiscal y en función de ellos los servicios públicos que ofrecerán. Una manera de traspasar responsabilidad a los gobiernos de las regiones que muchas veces gastan, pero sin el desgaste de fijar los impuestos.
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