La compañía atribuye este resultado a las mayores provisiones que ha tenido que realizar ante la depreciación de activos, por importe de 16,2 millones de euros, el doble que un año antes, y la caída del margen bruto en el negocio de promoción de vivienda.

   Los ingresos de la inmobiliaria se redujeron en un 5,9% entre los pasados meses de enero y septiembre, hasta 146,3 millones de euros, mientras que el beneficio bruto de explotación (Ebitda) se situó en 81,7 millones de euros, un 13% menos.

El 87% del negocio de la empresa procede de la actividad patrimonial, del arrendamiento de su cartera de edificios, que generó 125,1 millones de euros, un 4,3% menos. A su vez, la mitad de esta facturación procede de la filial francesa SIIC de París.

De su lado, el negocio de promoción y venta de vivienda cayó un 3,3%, dado que, según explicó la empresa, «continúa afectado por la importante restricción del crédito, que impide la obtención de financiación a eventuales compradores».

En los tres primeros trimestres, Realia entregó, y por tanto facturó, 78 viviendas y prevendió otras 94, con lo que a cierre del periodo tenía un ‘stock’ de pisos de 859 viviendas, de las que 723 están terminadas y 42 vendidas.

Búsqueda de inversores

En el capítulo de deuda, a cierre del tercer trimestre se situaba en 2.189 millones de euros, importe similar al de la misma fecha de 2012.

La compañía que preside Ignacio Bayón recordó que, en virtud del acuerdo de refinanciación del pasivo ligado al negocio promotor alcanzado recientemente, está comprometida a encontrar inversores que aporten capital para cumplir con uno de los puntos del acuerdo, el de acometer el pago de un «porcentaje significativo» de la deuda en metálico.

Tras este acuerdo de reestructuración, Realia debe afrontar el vencimiento del 37% de su pasivo en 2016 y el 56% a partir de 2017.