El último presidente y director general de Caixa Laietana antes de su integración en el grupo impulsado por Caja Madrid, Josep Ibern, culpa a lo que ahora es Bankia de los errores de gestión en la integración de las siete cajas (Ávila, Segovia, Bancaja, Rioja, Insular de Canarias). Lo ha hecho durante su comparecencia en la comisión de investigación del Parlament sobre las posibles responsabilidades derivadas de la actuación de las entidades financieras y la posible vulneración de los derechos de los consumidores.

Su argumento es que hubo cambios en las condiciones de la fusión antes de completarse, lo que provocó que, a partir de 2010, el equipo directivo de Caixa Laietana no tuviera «ninguna fuerza» en el grupo. Defiende que Caixa Laietana «funcionaba» cuando se integró en el entonces Sistema Institucional de Protección (SIP) Banco Financiero y de Ahorros (BFA). «Yo confiaba en Caixa Laientana y en el SIP, que creía que era el más interesante de España», enfatiza.

Pese a que Bankia ha acabado intervenida por el Gobierno, Ibern señala que las otras opciones de fusión que barajó Caixa Laietana han tenido un destino peor: tuvo conversaciones con Unnim, absorbida por el BBVA tras su nacionalización; y con Caixa Penedès, integrada en el grupo BMN pero con su negocio vendido al Banco Sabadell, y Caixa Girona, absorbida por CaixaBank, para una fusión a tres de la que la entidad gerundense se descolgó.

Reconoce que era elevada la exposición de Caixa Laietana al riesgo inmobiliario, pero precisa que era la vía de crecimiento del negocio y que estaba en niveles similares a los de otras cajas de ahorros de dimensión similar.

La venta de preferentes fue correcta

Sobre las preferentes, defiende que su comercialización se hizo correctamente. Aduce que invirtió 59.000 euros en estas participaciones, cuando sus ingresos personales eran de 170.000 euros anuales. Dinero que no recuperará, como reconoce. Pero precisa que muchos compradores de preferentes de Caixa Laietana eran pensionistas, porque era el perfil dominante entre los ahorradores de la entidad. Y que confía en que éstos recuperen su dinero a través del arbitraje, que está «solucionando» el problema, con un 80% de inversores que ya han logrado un veredicto a su favor, según sus datos.

Sobre la decisión de canje de las preferentes por acciones de Bankia, que perdieron prácticamente todo su valor en Bolsa, matiza que el equipo directivo de Laietana no tuvo «arte ni parte» en ésta, ya que sólo controlaba el 2,11% del BFA. Pero cree que cuando Bankia ofreció el canje de preferentes y salió a Bolsa para captar capital «lo hizo de buena fe» y sin voluntad de engaño, y que el proceso de creación y evolución de Bankia no requeriría ser judicializado, en una pregunta del diputado autonómico del PP José Antonio Coto.

Ibern ha defendido su indemnización de 550.000 euros y su plan de pensiones de dos millones de euros cuando dejó Caixa Laietana en 2012. Eran el resultado de una trayectoria de 27 años en la entidad, la indemnización era equivalente a 20 días por año trabajado, y el plan de pensiones marcaba lo que estipula el convenio colectivo de cajas.